La pesca submarina o pesca subacuática lleva consigo el esfuerzo de paralizar voluntariamente la respiración (apnea). Al sumergirse se contiene la respiración entre uno a dos minutos, a profundidades que oscilan entre cinco a 40 metros dependiendo del tipo de presa que se desee capturar.
Existen diferentes maneras de caza subacuática, para todas hay que poseer grandes dotes de observación. La más común, es la caza de espera; ésta se realiza en arrecifes poco profundos y consiste en esperar que la presa pase por el frente. La pesca submarina nocturna da grandes resultados, y la pesca en aguas abiertas necesita de una mayor preparación; ya que se trata con presas de gran tamaño como: pez aguja, tiburón, atún, dorado, entre otros. La pesca en cueva es muy productiva pero cansa más que las otras, por la gran cantidad de inmersiones realizadas en el recorrido. Se debe hacer el menor ruido posible en este deporte.
Inmersiones
Nunca bucear solo. Antes de sumergirse hay que revisar bien el equipo que llevamos puesto, ya que una prenda mal colocada puede producir grandes molestias dentro del agua.
La hiperventilación pulmonar (varias respiraciones profundas para ventilar y oxigenar los pulmones), antes de la inmersión genera controversia. Aumenta el tiempo de apnea, pero según estudios realizados, tiene en contra que al eliminar en gran manera el CO2 (anhídrido carbónico), puede darse el caso que cuando la falta de O 2 (oxigeno puro) llegue a extremos peligrosos, la proporción de CO2 no sea lo suficientemente alta para excitar los centros respiratorios y quimiorreceptores. Lo recomendable es no practicar hiperventilaciones excesivamente intensas durante mucho tiempo. De lo contrario el deportista se expone a la pérdida del conocimiento (síncope).
La zambullida en picado (doblar bruscamente el cuerpo por la cintura para realizar el descenso) lleva consigo un gasto de energía, debido a las contracciones musculares realizadas en éste. Para ahorrar energía, no deben hacerse aumentos inútiles de esfuerzo. Es recomendable ayudarse en la bajada usado un cinturón de plomo.
La profundidad máxima que se puede alcanzar depende del aire contenido en los pulmones y esto depende a su vez del estado físico y psíquico de la persona. Mientras más profundo se baje, más se contraen los gases contenidos en la caja toráxica y el abdomen. Esto es debido al aumento de la presión hidrostática (fuerza que ejerce el agua contra a los cuerpos), con ello aumenta el peso relativo del cuerpo. A 10 metros la presión que soporta el cuerpo se ha doblado y a 20 metros se ha triplicado.
Emersiones
En la emersión cuando el déficit de oxigeno (hipoxia) aumenta bruscamente, puede originarse una perdida del conocimiento, esto puede traer fatales consecuencias si no es asistido rápidamente. No obstante, al regresar a la superficie se debe tener la suficiente reserva de O 2, por que aquí ocurre todo lo contrario al descenso. Se aumentan los volúmenes gaseoso y total del cuerpo hasta que al llegar arriba volumen y pesos sean los mismos de antes. Para no sufrir los efectos de la presión, deben hacerse unas paradas de descompresión, mientras más profundo se ha sumergido más paradas deben realizarse, y es conveniente tener en cuenta no expulsar el aire durante la emersión.
Al llegar a la superficie y estando ahí, es necesario quedarse en reposo y relajación durante unos minutos para recuperar energía y compensar la deuda de O2.
La presión en el oído puede ser aliviada haciendo gestos de tragar o la maniobra Valsalva; que consiste en presionar la nariz con los dedos y soplar fuerte por ella, el ruido que le sigue significa que el aire penetro en las trompas, Compensándose la presión interna con la externa, desaparece el dolor. Si los oídos no pueden equilibrarse, es mejor no insistir e intentar otro día.
El traje de neopreno es primordial en este deporte, ya que éste conserva el calor, evitando la perdida de calorías por la gran conductibilidad del agua. El traje no debe ponerse a secar en el sol y siempre se pone de revés primero, de esta manera se previene la aparición de hongos en el mismo.
Deben usarse las chapaletas de talla y posición adecuada, porque el mal uso de éstas conlleva calambres molestos. Las chapaletas no deben ser ni demasiado rígidas ni demasiado blandas y deben ser flexibles en extremo. Es recomendable untar tripas de peces en las chapaletas; ese olor rompe el miedo de los peces al percatarse de nuestra presencia y ocurre un mejor acercamiento. Si a pesar de esto hay un calambre, es una vieja costumbre pincharse con un alfiler en la zona afectada y otra técnica útil es la del estiramiento muscular.
Los tubos respiratorios han sufridos innovaciones. Hoy en día se pueden conseguir en el mercado con válvulas para liberar el agua que se les introduce en cada inmersión. Es recomendable tener uno de repuesto.
Siempre deben usarse guantes para evitar cualquier situación desagradable. Es mejor usar un cinturón de goma en vez de nylon, pues se ajustan mejor al cuerpo, evitando que los plomos se rueden y hagan ruido. El peso de los plomos es relativo a su peso, de dos a tres kilos de plomo es el promedio.
No debe usarse ningún tipo de cebo para la pesca, ya que esto daría una ventaja significante y se sale de la ética deportista.
Los arpones de oleoneumáticos son poco efectivos a profundidades altas; esto es debido a la presión hidrostática, mientras más profundo esté, menos presión tiene. Los de aire comprimido tienen que ser utilizados ya adquirida una mayor destreza. Estos son muy precisos. Siempre se debe apuntar con el arpón hacia el fondo para evitar accidente con los compañeros. La recarga de todo tipo de fusil debe efectuarse dentro del agua y apuntando hacia alta mar, los reglamentos prohíben llevarlos cargados fuera de ella. Es necesario tener el cargador (objeto de plástico duro que se coloca en la punta de la flecha para ejercer presión y cargarla en el disparador) para realizar la recarga. Después que se usó el arpón hay que lavarlo con agua dulce y engrasarlo.
Las caretas más prácticas son las de visión total, que constan de un único cristal. El remedio para curar las caretas, es frotar con saliva el vidrio y después enjuagarlas con agua, si se hace lo contrario no da resultados. Algunas personas les echan picadura de cigarro con agua y la dejan por un rato y otras utilizan algas grasas que suelen conseguirse en la superficie marina.
El cuchillo es recomendable usarlo en la pierna y hacia dentro; para que no se enrede con la cuerda de la boya, redes de pesca, algas o los hilos de nylon abandonados por pescadores. Es también de gran utilidad para la defensa.
Es reglamentario el uso de boya. Siempre se debe contar con un pito, ya que sirve para llamar a la embarcación.
Cuando se está sumergido nunca se debe ver hacia arriba, ocurra lo que ocurra. Porque al realizar ese movimiento se corta el fluido de oxigeno que abastece al cerebro.
Fuente: Revista Mundo Nautico
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