Go Fish

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lunes, 31 de agosto de 2015

Cozumel.Saber que si­ hay.



Por: Rolando Corboda

 Llamada por algunos “La Isla de las Golondrinas”, Cozumel es reconocida por sus playas, sus servicios y por tener uno de los arrecifes más hermosos y visitados del mundo.

 Con una historia mayor que su tamaño y una vocación turística por excelencia, esta hermosa isla se ha consagrado como un paraíso de playas perennes, arenas blancas y aguas turquesas que promedian 27° C de temperatura todo el año y que la señalan sin duda, entre los mejores destinos turísticos del orbe.

 Quien la visitó años atrás, ahora reconoce el esfuerzo para ofrecer una isla con todos su encantos.  Construcciones nuevas  por doquier, calles que antes eran de terracería hoy atraviesan los casi 9 kms de ancho construídas con esmero; decenas de tiendas con souvenirs y ambiente caribeño; restaurantes especializados, exóticos bares y buenos centros donde pasar una larga noche. Una nueva Cozumel en todo su esplendor, orgullosa de su gente, su historia y trabajando a favor del mejor servicio al turista que se beneficia siempre, con un excelente trato y una estancia de primera. Nos llamó la atención cuando llegamos al hotel, varios turistas hospedados y algunos que llegaban en ese momento, saludaban a los empleados por su nombre y éstos con mucho respeto y cordialidad, respondían a quienes evidentemente eran clientes habituales del lugar, dejando ver un alto nivel de retorno entre los visitantes que temporada tras temporada acuden a este hermoso destino de pesca y playas.

 Viajamos en esta ocasión al encuentro de un pescador que semanas anteriores había colocado a esta hermosa isla y a México, de nuevo en la portada de las noticias con la captura de un pez espada de más de 400 libras capturado de día. El evento corrió como pólvora entre los círculos de pescadores en México  y el mundo. Digo de nuevo porque hacía muy poco tiempo otro pescador cozumeleño de los grandes, Nassím Joaquín, había sido noticia al capturar su pez vela número 100 con equipo de fly en aguas azules y fue  Nassím precisamente, quien nos procuró el encuentro con el hombre del momento: Lenin González Canto. 

 Llegamos al muelle donde nos esperaba Lenin en su Boston Whaler, una impecable Conquest de 34 pies equipada con todo lo necesario, donde platicamos a gusto mientras nos mostraba los videos de las dos últimas capturas y nos deleitábamos con unas postas de pez espada preparadas por los muchachos de la marina, que la verdad resultaron un manjar de dioses.Lenin González Canto es un cozumeleño de corazón y de pasión también. Habla con mucha devoción de “la isla” en la que nació y salía a pescar desde muy niño con apenas 6 años en compañía de su hermana. También nos contó cuando muy temprano se escapaba en la lancha de su padre antes que éste llegara al embarcadero, cuando empezó a trolear, a participar en torneos y sobre todo cuando comenzó su obsesión por la pesca del pez espada.  Su predilección por el mar y su pasión por la pesca es conocida por todos.  Es un ferviente estudioso que invierte lo posible en  información que pueda obtener de libros, portales de internet, revistas especializadas y muchos amigos en todo el mundo con quienes confronta las experiencias de cada lugar porque no hay duda que desde la primera vez que pudo subirse a una lancha nunca más tocó tierra.

 Su primer espada lo pescó a finales de los ochenta´s a los 18 años, de noche y troleando entre la isla y la costa del Estado. Vivir un tiempo en Miami le permitió conocer técnicas, confrontar sus conocimientos en estas lides con pescadores profesionales de la Florida hasta su regreso a Cozumel, donde continuó ganando experiencia y de esa época para acá, ha continuado su camino tras el mítico pez...

 -¿Quieren salir acá cerca? 

 Y mientras dejábamos atrás los muelles y una hermosa vista de la isla, comenzamos a platicar.

 RT: Me dices que es distinto pescar de noche que de día ¿Cuál es la diferencia?

 “Te diría que la diferencia sobre todo es emocional y más, si sabes que es una pesca a veces de muchas horas, de mucha paciencia… y de noche, a pesar de las luces que puedes tener a bordo, las sensaciones son muy diferentes. Cualquier señal de peligro se magnifica de manera casi alarmante, alguna ola que lance agua dentro de la embarcación, los movimientos, los sonidos, la misma captura se dificulta mucho cuando no puedes ver al pez, sobre todo al espada por lo impredecible que resulta a la hora de pelear arriba. La soledad toma otra magnitud que muchas veces te saca de concentración, ya el hecho de no poder percibir más allá de lo que la embarcación alumbra, como que crea cierta inquietud… cierto estado involuntario de vigía o temor que no sucede durante el día, cuando por instinto se cree en lo que “está a la vista” aunque no lo mires, sabes que está ahí.. a la mano”.

 RT: ¿Eso fue lo que te hizo comenzar a buscarlo de día?

 “A pesar de que es más emocionante  pescar de día, también hay que trabajar;  no es igual aventarse tu jornada de trabajo,  para después salir en la noche por varias horas a hacer este tipo de captura, ya cansado, donde –como te explicaba, los sentidos te exigen mucho más; y si a ello le sumas que acá sales y llegas a la zona de pesca en minutos, entonces, el día que puedes salir de pesca es mejor tratar de adelantar los pendientes temprano y te vas de pesca en la tarde para regresar en la noche, de esa forma como que trabajo y pesca se complementan mejor: uno te ayuda a compensar el estrés del otro.”

 “Cuando marcas una piedra, la piedra está ahí, no se mueve,  pero cuando buscas las corrientes es distinto. Las corrientes funcionan de otra manera según la época del año, las mareas etc. Son como un corredor, un túnel flexible  que a veces es más ancho y lento, a veces es más estrecho y fuerte y el pez se mueve por todo ese corredor y se puede estacionar en este punto antes de continuar; o se desplaza más rápido de un punto a otro o la misma corriente por los accidentes del fondo, puede desplazarse un poco dependiendo de la fuerza; son muchos factores que le suman un buen por ciento de reto a este tipo de pesca”.

 “En la Florida los pescan de día, allá leía los  reportes posibles de otras zonas y  ello también me hizo cambiar en el modo de captura, de hecho he pescado más de día que de noche. Mi conclusión era: si allá se capturan de día, acá tiene que salir y ello ha sido mi prioridad: saber que sí hay y que podemos pescarlo… ¿por qué si van a Hol-Box a pescar sábalos, o a Mahahual por dorados o Isla Mujeres por los velas... por qué no venir a Cozumel a pescar espadas? Aquí llegan miles de turistas a diario y que de seguro se sumarían otros que vendrían solo por esta actividad; como muchos se bajan de un crucero en Mahahual y antes de tocar tierra ya contactaron con sus agentes de viaje o a los pescadores de la zona para asegurar sus salidas a aguas abiertas. Sin duda es un servicio que podemos ofrecer como una opción más que apoyaría la economía de Cozumel,  sobre todo cuando Cozumel cuenta con toda la infraestructura para ello y la ventaja que es una actividad que se puede hacer a solo minutos de la costa”.

 RT: ¿Te fue fácil ubicar la zona, los horarios, las corrientes para salir a buscarlo en puntos específicos de día?

 “Como todo, lleva un tiempo y por supuesto no creo tener toda la información aún, pero sí se ha adelantado mucho en ello. Este año salí un mes atrasado, o sea en mayo cuando debí comenzar a salir desde abril, pero me alienta que ya son más frecuentes los ataques y por supuesto las capturas.

 Hubo meses que eran 4, 5 y hasta 10 ó 12 salidas sin un solo “llegue” y no es fácil sobreponerse a ello. Debes estudiar qué vienes haciendo bien o mal, consultar y seguir experimentando; evidentemente ya con menos errores pero hay una cuota de suerte que no podemos eludir y si bien una semana te tocan 3, hay semanas y semanas que no aparece ninguno y ello lleva mucha paciencia y sobre todo –más paciencia, para tratar de tener mejores resultados”.

RT: Has probado esta pesca con varios equipos en todos estos años de aprendizaje y actualmente pescas con carrete eléctrico… ¿Ello no le resta cierto sabor a la hora de la pelea?

“En parte pudiera pensarse que es así pero no. Lo empecé pescando muy distinto a como lo hago ahora. Antes era de noche y lo troleaba con carrete convencional normal, pero casi en la superficie como se pesca en la noche o arrastrando la carnada con el downrigger a unos 100 – 120 pies. Pero de día debes buscarlo a otra profundidad que muchas veces sobrepasa los 1400 pies y cuando probé hacerlo con los convencionales a esa profundidad me resultaba además de muy cansado hasta arriesgado. No se desarrolla la misma fuerza y ello se traduce en rapidez en la operación, pues si lo subes a velocidad “manual” y el animal  muere por el camino o es atacado por un mako y se va al fondo: perdiste todo. No hay fuerza que levante 200 -300 libras de masa corporal del fondo a una profundidad tan grande, por lo que el poder acelerar la subida y hacerla con fuerza constante previene ese accidente que no a pocos les ha sucedido.”

 “Parece que hasta el instinto animal funciona de esa manera, recuerdo haber leído que generalmente cuando el mako ataca al espada, lo primero que le come es la cola para evitar que se mueva y lo último es  la zona central, el estómago, ya que ésta lo mantiene a flote y se le hace más fácil terminar de comérselo arriba que luchar porque se vaya al fondo donde quizás deba compartir con otros su comida”.

 “Creo que pensamos que todos los escenarios en la pesca se presentan igual y no debe verse así.  La sensación de enganche a 300 metros de profundidad es muy distinta a la de un pez que se te engancha a 20,  40  ó 60 metros. En el caso del espada y por haber tanta línea de por medio, más corrientes etc, la sensación es tan sutil a veces, que si no tienes un ojo entrenado observando todo el tiempo la punta de la caña te cuesta trabajo saber (antes que el pez comience a sacar línea) que traes un animal enganchado, por lo que estar subiendo la carnada “x” veces para revisarla o tratar de zafar algún atorón posible –como sucede también- es muy cansado con un carrete normal y si además, el pez ataca en ese momento ya no tienes la misma fuerza ni el ímpetu para pelearlo, por eso uso carrete eléctrico y como yo, muchos acá también han adoptado esa forma de pesca.

 También el pelearlo con algún carrete convencional más pesado  me impone el uso de una buena silla que no tengo en estos momentos; estoy más ocupado en ubicarlo y acumular experiencia y sí, ya pronto espero poder hacerlo desde una silla de pelea, lo he hecho en otras embarcaciones y se siente bien también”.

 “Muchas veces sientes algún ”llegue” y debes subir la carnada, en esos casos sobre todo para saber si fue un espada el que llegó. Su marca en el nylon es muy distinta a la de un marlin por ejemplo; que por tener el pico más poroso como que raspa la linea, la desgarra y ello pone el líder muy opaco con la desventaja, que el pez ya puede ubicarlo mejor rechazando el arreglo y se debe cambiar de inmediato.

 El espada golpea con la parte del filo de su pico y cuando revisas la línea lo que te encuentras es como una marca de algun objeto filoso que comprimió la línea, un golpe seco digamos... limpio; una marca de manera muy definida y que deja la línea vulnerable en esa marca, que puede resultar un posible punto de quiebre para una fuerza mayor, por lo que igual debes cambiar todo el arreglo antes de volverlo a lanzar y todo ello es tiempo que ganas con un carrete eléctrico”.

 RT: Pero se supone que ya cuando llega arriba viene cansado el animal…..

 No, no, para nada. A diferencia de otros peces, cuando el espada se siente enganchado no pelea abajo o lo hace muy poco, por alguna razón que no he podido confirmar “casi” se deja subir sin mucha resistencia, igual he probado subiéndolo con los “Tiagra”.

 “Es cuando está llegando arriba (quizás por la sombra de la misma embarcación o su instinto mismo) que comienza a resistir la captura, dando unas corridas impresionantes fuera del agua, otras comienza a dar saltos como si no pesara nada, muchas veces con el cuerpo completo fuera del agua que es un espectáculo digno de aplaudir y no pocas veces debes maniobrar la embarcación con mucha agilidad pues comienza a correr a su alrededor y sin duda hay que saber como responder a ello... El carrete eléctrico no define a la hora de pelearlo arriba, porque igual hay que graduarlo con un drag muy específico y dejar salir la línea como un carrete normal que debes volver a recobrar; y muchas veces cuando llega arriba desenganchamos el motor y se pelea a manivela como un carrete normal. Pareciera que esta especie guardara fuerzas para echar la pelea de tú a tú estando cerca de su oponente; es un rival muy a tener en cuenta sobre todo cuando sale el wind-on, en ese momento ya sabes que tienes 25 pies más líder, para tratar de pegarlo a la borda y se desata una batalla muy fuerte donde cada parte lucha con todo por lo que se propone en ese momento y que puede extenderse desde minutos, hasta por más de una hora  para finalizar la captura.

 RT: Descríbeme el equipo que usas actualmente...

 “Con un poco de paciencia, he ido armándolo según las necesidades que me voy topando, actualmente a bordo hay Tiagras 50W,  sencillo y 2SPEED, con Momoi de 50 libras y líder de 300, y el Daiwa eléctrico ( Marine Power MP3000  ) con spectra de 80 libras. Los calamares los preparo a bordo con anzuelo 12/0 y ya lo demás es encomendarme a la suerte que muchas veces me ha hecho falta.”

 RT: Hemos sido testigos de la depredación, cuando se anuncia una zona favorecida por la captura de alguna especie… ¿No sientes temor que se desate una “cacería” de estos animales a partir de que se compruebe su presencia en una zona determinada?

 “He pensado mucho en eso y la verdad no. No es noticia que el espada se pesque en esta zona, el espada siempre ha estado acá: de toda la vida y siempre han existido pescadores que los pescan al igual que en otros lugares. Resulta  muy específica su captura por lo que es mucho mayor el reto; tampoco es una pesca que se puede hacer con equipos caseros ni en embarcaciones improvisadas, se requiere de inversión y conocimiento y en cuanto a la especie tampoco es una especie restringida ni en peligro de extinción por lo mismo. Es una especie que se usa para consumo y como se puede ver en los reportes su población no disminuye, lejos de ello cada vez se ubican en más escenarios. Hay zonas que se considera casi una plaga, se reproduce mucho sobre todo por lo difícil de su pesca, así y todo, las veces que hemos atrapado alguno pequeño  lo liberamos, porque no… no se siente igual;  la verdad esto de los tamaños es medio adictivo… cuando ya uno disfrutó una pelea con 300 o 400  libras, ya uno más chico... como que... no; ya se quiere uno mayor y créeme, el intento vale la pena.”

domingo, 30 de agosto de 2015

Hablemos de señuelos



Por: Rolando Córdoba
Motivados por lo nuevo o por el hecho de emular nuestras capacidades, la pesca con artificiales sigue atrayendo a más pescadores cada día. Esta modalidad es tan añeja como la necesidad de los antiguos pobladores del ártico de encontrar su alimento en el mar, cuando la solución de suplir la carnada en aquellos tiempos, fue comenzar a tallar en pedazos de hueso o marfil las formas de sus peces-carnada, lo que también influyó como ya publicamos en estas páginas, en el nacimiento de la modalidad del jigging. Tuvimos que esperar hasta 1936, para que Lauri Rapala tallara en un pedazo de madera el famoso minnow y su acertada popularidad, diera el impulso definitivo para sacar a la luz la pesca usando señuelos artificiales.

¿Por qué pescar con artificiales?

Nunca apostaría si es más efectivo pescar con artificiales o pescar con carnada porque depende de muchos factores. A todos nos ha pasado que estando horas tratando de tener capturas con señuelos, algún pescador llega, casi siempre de los habituales y lanzando con carnada puede tener tres capturas consecutivas; como también nos ha tocado llegar a escenarios donde las carnadas llevan rato en el agua, sin resultados y lanzamos algunos artificiales y ante la mirada incrédula de muchos, comenzamos a sacar peces del agua.

Lo que es un hecho es que el uso de artificiales amplió el abanico de opciones para cualquier especie y modalidades de pesca deportiva, sin dejar a un lado el factor principal: el reto personal de lograr capturas con “algo”, que en la mayoría de los casos no huele, ni reacciona, ni se mueve y en miles de ocasiones, ni se parece a la comida habitual de algún depredador, pero que con la destreza, la eficiencia en el armado la paciencia  y un recobro acertado, el pescador puede incitar tanto al depredador que logra su ataque y por esa capacidad de engaño, es que se les conoce como señuelos.

¿Qué señuelo usar, dónde, cuándo y con qué especie?

Por la cantidad de factores que intervienen en esta pregunta,  no creo que alguien pueda dar una respuesta 100% acertada pero al menos, intentaremos ofrecer alguna ayuda para el que comienza,  porque lo demás –y como digo siempre- tiene que ver mucho con la suerte. Voy a tratar de dividirlos sin algún patrón establecido, pero que de alguna forma nos permita separarlos según su tipo, la acción y a qué profundidad van a trabajar para que cualquiera pueda tomar la mejor decisión según los cuerpos de agua donde habitualmente va a pescar, las especies que esperan encontrar y la mejor presentación.

LOS CUERPOS DE AGUA

El cuerpo de agua y la profundidad donde intentamos pescar, puede ayudar a determinar qué señuelos debemos usar, si debe trabajar en la superficie, a media agua o hacia el fondo y aunque es una nomenclatura que se usa poco, para los más ortodoxos podemos nombrar estos espacios como: “Shallow Water” o aguas bajas (de 1-3 pies). La media agua como “Mid Range Water”  (de 4 -10 pies) y “Deep Water” cuando la profundidad es de 10 pies o más.

TIPOS DE SEÑUELOS

A modo general, podemos nombrar cuatro TIPOS  de señuelos, los que conocemos como señuelos FLOATING (1) , los SUSPENDING (2),   los SINKING (3)  y los COUNT DOWN (4), lo que se traduce en la práctica como: (1) señuelos que flotan, (2) se sumergen y quedan suspendidos a cierta profundidad, (3) se hunden con o sin límite de profundidad o (4) se hunden  a una velocidad de tantos pies por segundo; indicaciones que por lo general, podemos encontrar  en los empaques de fábrica o en las “webpage” de cada marca.

No debemos confundir los conceptos TIPO y ACCION.

TIPO, como ya expliqué, es la naturaleza propia del señuelo marcada por su diseño, dicho en otras palabras: dónde va a permanecer en el agua cuando NO LO MOVEMOS y la ACCION, es lo que vamos a lograr cuando los recobramos, veamos estos sencillos ejemplos para evitar confusiones al momento de leer la información del empaque.

SEÑUELOS DE SUPERFICIE:

Paseantes y poppers

Siempre son de los primeros señuelos que lanzamos sobre todo si desconocemos el lugar, ya que nos permiten tantear la posibilidad de especies sin el peligro de enredarse en el fondo, por lo que al menos, debemos tener un par de ellos siempre a la mano. Su uso es mejor cuando el agua está en calma para que  su presencia y su rastro se noten mejor en el espejo de agua.

Siempre insisto cuando los lancemos y caigan al agua, en esperar unos segundos a que las ondas por el impacto desaparezcan, ello hará  que el señuelo trabaje mejor -más limpio-, y porque también puede propiciar que alguna especie asustadiza como el robalo se pueda alejar, aunque la experiencia me dice que por lo general, regresan movidos por la curiosidad. También les puede sorprender que una barracuda, algún jurel o un agresivo “lady fish” ataque el popper apenas toque el agua, debido a su naturaleza territorial.

Normalmente los paseantes son de cuerpo alargado, como un puro y sin paleta. Se recobran con tirones secos y continuos, devolviendo la caña a su posición con la punta pegada al espejo de agua, de esta forma vamos a lograr que el señuelo venga por encima del agua “caminando el perrito” (lo que se conoce como “walking the dog”) que es lograr que con cada tirón, el señuelo se desplace en zig-zag por la superficie. Es un recobro preferido por los pescadores de siempre, sobre todo en los lagos, manglares y aguas bajas de la costa.

El popper por el contrario puede tener varias formas según la marca presentando siempre una cavidad frontal, lo que va a generar con cada tirón el característico sonido “pop-pop” que le da nombre. Ambos señuelos por su flotabilidad (otra de sus ventajas) pueden permanecer todo el tiempo que queramos en el agua. Si hay corriente podemos aprovecharla para que arrastre nuestro señuelo a puntos más distantes para recobrarlo por tramos y dejar que se devuelva para repetir el trabajo.

Este recobro puede realizarse de varias formas, continuo, lento, enérgico o el más usual: dos o tres tirones y una pausa, lo que se conoce en el mercado anglo como: “stop and go”. Estos lures por lo general, presentan en su interior balines que al chocar por el movimiento de recobro, van a emitir sonidos que el depredador va a escuchar desde lejos y que unido a su rastro y el splash que produce su movimiento, van a incitar la embestida violenta del cazador, lo que lleva a confirmar que estos señuelos provocan los ataques más estruendosos , aunque también fallidos y casi siempre por causa del pescador. Nunca debemos dar el “hook set” (jalón) al momento del ataque, que por lo regular nos agarra de sorpresa. Lo ideal es esperar fracciones de segundos o ver que el señuelo desaparece bajo el agua para entonces tratar de clavar, de lo contrario y por la tensión que provoca la espera y si no tenemos control, podemos dar el tirón en el justo momento que el pez sale a la superficie para atrapar el lure, haciendo que falle en su intento.

No quiero terminar esta sección sin hacer justicia a un señuelo superficial, que a pesar de reportar capturas año tras año siento que se ha hablado poco de él, me refiero a los “Peppys”, conocidos como los hijos menores de los Ranger de Robert Lures, usados en la pesca de surf.

Por su forma ovoide y plana, la ausencia de paleta y un cuerpo aplanado de 7 cm de largo y ¾ de oz , logran unas distancias impresionantes cuando se castean . Para que no se hunda, su recobro debe ser continuo y tan rápido, que pueda mantenerse  “haciendo patitos “ sobre la superficie, efecto que logramos levantando la punta de la caña durante el recobro. No debemos preocuparnos si en ocasiones se hunde, de igual manera atraerá al depredador más cercano ofreciéndose igual de “ apetitoso”. Aunque poco nombrados, les puedo asegurar que son de los señuelos más efectivos que he usado por más de diez años, sobre todo en la orilla de la playa con jureles, gallos, cojinudas, sierras y la rápida barracuda. Un señuelo - insisto - muy, pero muy efectivo, barato casi irrompible y fácil de manejar.

SEÑUELOS DE MEDIA AGUA

En esta profundidad y por ser la más común, comenzaremos dividiendo los señuelos en blandos y duros, lo que se conoce como “Soft Hard Baits” en sus presentaciónes más usadas.

LOS SOFT BAITS

Conocidas también como “ las gomas “ son tan efectivos que conozco a pescadores que usan solo este tipo de señuelos, su grado de especialidad ha llegado a tal extremo que obtienen capturas de casi todas las especies de orilla y los esteros a cualquier profundidad, incluyendo a bordo de una embarcación en la pesca inshore. Otra de sus ventajas es el bajo costo comparado con los señuelos duros. En el caso de los jerk baits, generalmente su cuerpo emula mucho al de un alargado pez pasto, con la colita bifurcada y más delgada en una variedad muy amplia de tonos y colores. Hay que tener en cuenta que su éxito radica, más que en el color y la forma, en las vibraciones que el depredador va a percibir al reconocer su nado, incluso en aguas turbias o en la oscuridad de la noche y se usan mucho en la pesca de robalos, sábalos, corvinas, redfish, pargo, jurel, lady fish y otras especies que habitan los flats (grandes extensiones de aguas bajas) las orillas de las playas y el manglar.

Debemos tener en cuenta que hablamos de un cuerpo de goma que no emite sonidos, no presenta efectos visuales llamativos, no tiene paleta o labio que lo mueva de manera específica, por lo que su éxito al cien por ciento, radica en los movimientos que logre el pescador moviendo la caña.

Dependiendo de lo que necesitemos (ver arreglos) podemos usarlos armados solo con anzuelo (preferentemente del tipo Wide Gap) con peso (plomo o tugsteno) o armado en un jig head (cabecita de plomo con anzuelo) entre ¼ y ¾ de oz. También podemos usar un plomito corredizo al comienzo de la línea y aunque la mayoría no huelen, también existen con esencia, y esencias aparte, para echarles y que desprendan olor.

Aunque hemos comentado mucho de los soft jerkbaits  (de hecho, con artículos completos en ediciones anteriores de Troleo)  debemos recalcar que para moverlos, el pescador debe recobrarlo a tirones cortos y secos con la punta de la caña pegada al agua, lo que va a permitir que el señuelo parezca un pez pasto desorientado tratando de huir por debajo de la superficie. También recobrar subiendo y bajando la caña puede ayudar a lograr ese movimiento en el señuelo, Con algo de práctica y sin ponerle peso, se pueden traer nadando en zig-zag en la superficie del agua, convirtiéndolos en un verdadero manjar para el depredador cercano. Una de sus principales ventajas es que la punta del anzuelo puede esconderse en el lomo del lure, lo que garantiza que pueda nadar entre estructuras o aguas con materia suspendida, como hojas, ramas o algún deshecho que flote, sin peligro de enganche.

Los shad

Los shad, son de diseño parecido pero con la cola terminada en una especie de plato,  que puede ser redondo, ovalado o cuadrado y perpendicular al cuerpo del señuelo, que al menor recobro o la fuerza de la corriente, se va a mover de un lado a otro como la colita de un pequeño pez. Por esta capacidad de mover su cola pueden recobrarse sin tirones, en línea recta y de manera lenta buscando que la colita haga su trabajo. Debo comentar que me han funcionado mejor, tironeando de vez en cuando con uno o dos golpes secos con la punta de la caña.  Este tipo de “soft”,  generalmente presenta el anzuelo descubierto, aunque puede armarse con anzuelos ocultos (más pequeños) como los soft jerkbaits que conocemos.

Los grubs

Conocidos igual como “tails”, presentan por lo general un cuerpo cilíndrico con una cola larga, que puede estar moldeada en espiral, en forma de paleta u alguna forma similar  para que oscile, vibre, se retuerza o se mueva cuando se recobre. Esta forma de “soft” -de las más antiguas y corrientes, se arma generalmente con anzuelos emplomados en la punta (jigs heads)  pueden recobrarse de varias maneras siendo de las más efectivas, traerlos lentamente por el fondo y la media agua para propiciar un buen trabajo de la cola. Son de mucha ayuda cuando se agregan a algún buck tail o plumilla, sumando el vibrar de su cola al comportamiento provocativo del artificial.

Cualquiera de estas opciones puede emplearse con cañas de entre 6 y 8 pies y carretes con capacidad mínima de 100-120 yardas de línea de entre 8 a15 libras, más un líder de al menos 30 cm x 20 libras de resistencia. Es necesario que el artificial tenga toda la soltura posible y ello puede garantizarse con nudos de lazo como el  Rapala o el MirrOlure, sumamente seguros y fáciles de hacer.

Con este tipo de artificial, recomiendo mucho no usar destorcedores (que en este caso: no tienen nada que destorcer) ni seguros metálicos, para no sumar pesos que lastren el movimiento del plástico.

Los “soft jerk”, los shad y los grub son solo una pequeña parte del gran mercado de “las gomas”, pero si prefieren disfrutar esta “suave” modalidad, los invito a probar los efectivos camarones de DOA, los letales TerrorEyz o los AirHead de la misma marca. También Storm con su serie Wildeye Tail Minnow o los reconocidos Swim Shad, son tan buenas opciones como Berkley, Tsunami, Offshore Angler, Yum, Cocahoe,  y decenas de marcas que producen productos para todas las aguas y según el peso pueden usarse en esteros, playas, la pesca de surf,  el troleo y el deep jigging, No son caros si tomamos en cuenta que se venden en “blister pack” de 1-3 pzas, de fácil manejo y de una efectividad a toda prueba.

SEÑUELOS DUROS

En este campo lleno de soluciones a diario, son tantas las opciones que nos ocuparemos de las más comunes y para el resto, podemos buscar la información que se comparte a través de los medios electrónicos e impresos.

El jig bucktail

También llamado plumilla o gallito, resulta de los más sencillos y con muchas formas de trabajarlos. Mayormente se lanza y se puede recobrar a tirones, de forma lenta “peinando” el fondo o la media agua, o subiendo o bajándolo con la punta de la caña durante el recobro. Por ser señuelos que parten de una cabeza emplomada que sujeta el anzuelo, tienden a hundirse si no se mueven, ventaja que podemos aprovechar para esperar varios segundos a que se ubique en la profundidad que queremos trabajar. Son muy efectivos para todas las especies de orilla y estero y parte de su encanto es aprender a encordarlos para reutilizarlos todas las veces posibles, opción que amplía en mucho nuestro arsenal sin sumar gastos considerables.

Señuelos de metal: Las cucharas o cucharillas y los jigs

Quizás es de los más antiguos señuelos, sin embargo, debido a su efectividad y fácil manejo, las cucharas se siguen fabricando en cientos de versiones, pesos y colores, para seguir ocupando su lugar en el mercado.

Generalmente parten de una placa metálica alargada de forma cóncava o recta con cortes en diagonal, que garantiza su nado ondulando o rotando sobre su eje y no emiten sonidos. Son señuelos que permiten clavarse con facilidad por lo delgado del cuerpo y por ser metálicos, nunca sufren daños mayores.

Resultan muy efectivas para especies de agua dulce o salada, ideales para la playa para el sábalo, robalos, jureles, barracudas, corvinas, lady fish y toda la familia de los pargos y los meros. Les recomiendo cuando las compren, que prueben en la orilla con distintas velocidades para que puedan ver y sentir la velocidad ideal para moverlas.

En el caso de los jigs (no confundir con los señuelos para el deep jigging) resulta mejor moverlos a tirones continuos o subiendo y bajando la caña durante el recobro, debemos tener ne cuenta que se hunden muy rápido debido a su forma y peso.

Por lo rápido que se hunden, podemos explorar con ellos cualquier profundidad, Su nado por ser “casi” en línea recta requiere de más movimientos con la caña y por estar construido de metal y de forma plana, van a destellar muy bien incluso con poca luz, lo que las convierte en un blanco ideal sobre todo para especies amantes de los brillos como el pargo, la sierra, las barracudas, el wahoo y por supuesto: el hambriento jurel.

Tanto las cucharas de tamaño medio a grande como los jigs, resultan efectivos para el troleo de wahoos, dorados, grandes barracudas, agresivos atunes y barriletes. Ambos son de los mejor para cuando se acerca un frenesí a una escollera o cuando estamos a bordo, rodeando un buen comedero en la superficie. Resultan también efectivas para lanzar con cañas largas, en playas de caída profunda o en acantilados, donde recomiendo colocar un buen tramo de líder metálico teniendo en cuenta que son de los señuelos favoritos para los peces dientones.

El uso de destorcedores (que muchas veces traen de fábrica las cucharas) son casi una obligación, ya que por su diseño tienden a venir rotando u oscilando, lo que provoca el torcido de nuestra línea.

En EE.UU. sobre todo en las  playas, son de los señuelos más usados en especial para la pesca del stripper, la familia de los pargos(snnaper) los red fish, el spanish mackereel y la trucha de mar, lo que se conoce en la Florida como spotted seatrout.

Los Rattling o lipples (señuelos sin labio)

Este señuelo no tiene límites en capturar especies, pues lo mismo atrae lobinas en los estanques y presas de agua dulce, que truchas en los ríos, que pargos en las rocas de la costa o un buen robalo en la tranquilidad del manglar, todos atraídos por la acción lateral que  caracteriza su recobro, consecuencia de su frente en forma plana. Por lo general son señuelos que producen mucho ruido por los balines en su interior, chocando entre ellos y contra las paredes internas del lure ayudando mucho a su localización en aguas turbias y durante la noche.

En su mayoría se diseñan en forma de óvalo. Unos traen grandes ojos en 3D, colores muy realistas y sonidos sofisticados,  y los más antiguos eran más básicos, con la forma elemental del pez. Son cómodos de recobrar y se nota por lo “nerviosa” que se pone la punta de la caña, cuando vienen nadando de manera correcta. Sus formas varían mucho según la marca y en la actualidad se fabrican del tipo floating, sinking y suspending.

Son buenos para arrastrarlos desde un kayak o trolearlos cerca de la costa a velocidades muy lentas (3 nudos).  También  para castear paralelo a las zonas de rocas de la costa o las escolleras, tantear en el canal central de los esteros, ríos, bocanas y en la orilla de las playas detras de las olas. Su recobro puede ser variable, a golpes secos o continuos o con jalones largos laterales, lo que se conoce como “abanicar” la caña.

Desde hace años se vienen diseñando algunas formas de rattling distantes de las tradicionales, pero basados en su diseño de origen  como el Yo-zuri  Edge Trembler Minnow , lo que demuestra lo efectivo de sus principios y el esfuerzo por darle vida a un señuelo de los mejores, tan efectivo, como aquellos primeros rattling que usaron los abuelos.

Los señuelos suspending.

Esta categoría, de las más adictivas ha venido ganando público por la efectividad de su trabajo con tres ventajas esenciales: 1.- Su condición de permanecer y nadar debajo y pegado al espejo de agua, garantiza que se pierdan menos señuelos por enganches en el fondo. 2.- Por trabajar pegado a la superficie lo mismo es tocado por la luz del sol en los laterales destellando sus contornos, o cuando el sol esté encima de nuestras cabezas, su silueta (a contraluz) será vista por los peces que nadan más abajo de la media agua. 3.- Si detenemos su trabajo, va a permanecer suspendido (de ahí su categoría) a una altura ideal donde puede ser atacado desde cualquier altura del cuerpo de agua.

Son señuelos que tienen la ventaja de permanecer mucho tiempo sumergidos y se pueden recobrar con tirones secos y continuos o (mi preferido) detener el recobro y moverlo muy sutilmente con la punta de la caña,  lo que hace fácil que se confunda y sea “visto” como la presa desorientada y sola, muy vulnerable para la mayoría de los depredadores oportunistas. Sus diseños son muy diversos y uno de los primeros y que sentó precedentes desde su aparición fue el famoso “Original “de Paul Brown, que hoy en día distribuye MirrOlure.

Este es un señuelo de goma, muy reconocido en Texas y Carolina del Norte por todos los pescadores de robalo, redfish y corvinas desde mediados de la década de los setenta. Su éxito radica en la sensación que le brinda al depredador, morder un cuerpo de goma suave, muy similar al de sus presas, más, lo que hasta hoy es su mejor secreto: su característico e inigualable nivel de flotación, factor al que muchos le atribuyen su gran popularidad desde que salió al mercado hasta nuestros días. Sin duda MirrOlure es la marca de las más conocidas, que tiene  el mayor catálogo y los mejores reportes en artificiales para trabajar debajo de la superficie, donde por citar algunos, podemos hablar de su Serie III con el S51MR, el S52MR a la cabeza, los famosos MirrOdine y MirrOminnow ¡ni qué decir del nuevo Scale Sardine! y por supuesto, el más renombrado de todos, el MirrOlure Catch 2000, un arma muy letal cuando se suspende con un buen recobro en “su espacio” de 2 pies de profundidad.

Rapala, aprovechando la indiscutible fama de su familia X-Rap, saca a la luz el afamado “Sub Walk”, confiando tanto en su éxito, que suma la versión de tamaño mayor con 2 oz de peso, ideal para la pesca de surf y la pesca inshore. Yo-zuri, otro de los grandes, que desde unos años viene dándole un impulso sin precedentes a su emporio también ofrece varios modelos para la media agua y entre los más conocidos: el “Edge Minnow”, un artificial con buenos “reviews”, un nado muy llamativo y reportes muy positivos con excelentes capturas en varios foros del mundo.

Después de haberlos probado casi todos y si de virar las cartas se trata, el “Terrif DC9” de la firma DUO -para mi gusto- se lleva las apuestas de la mesa. Se castea muy, pero muy lejos . Su recobro es muy efectivo debido al diseño exclusivo de su labio, sobre todo con tirones secos o cuando se trae lento de forma continua y lo mejor, cuando dejamos de moverlo, en vez de hundirse poco a poco como los otros, emerge a la superficie muy lento lo que es una ventaja cuando pescamos en los flats  o  por ejemplo, lo troleamos desde el kayak. Sus balines estan dispuestos de una forma que al menor movimiento emiten un sonido seco y grave que es muy atractivo, lo que garantiza  su fácil ubicación en aguas turbias y de noche, lo mismo en playas, esteros, costas bajas y bahías de poca profundidad.

Los crankbaits, los minnows y jerk baits.

El mercado está tan saturado de propuestas nuevas que resulta difícil agrupar algunos productos en base a características determinadas, porque cada vez surgen más soluciones que tienen de una y de otra, resultando verdaderas fusiones a favor de un mejor desempeño y eso sucede con los Crankbaits.

Este nombre que en una de sus acepciones del inglés significa manivela, tiene que ver con ello debido a su recobro continuo. Por lo general son artificiales cortos, como más redondos y con un movimiento muy enérgico, consecuencia en muchos casos de una enorme paleta pero de ángulo más agresivo y siempre de plástico. Son muy usados en la pesca de agua dulce (nunca he usado alguno en agua salada) sin embargo los he visto trabajando y con sendas capturas en torneos como el de Palizada en el estado de Campeche.

Los minnows

Estos artificiales siempre tratan de imitar la forma y el color del pez pasto, de cuerpo más estrecho y alto donde se hace mucho incapié en la apariencia que logran los acabados, ya que son señuelos que pueden recobrarse a velocidad medio lenta, y si estamos en aguas limpias, deben semejar en lo posible la comida del depredador y es muy seguro que el ataque responda a esa simulación. Igual pueden recobrarse de manera continua lo que no exime que de vez en cuando le demos algún tirón para lograr más sonido (cuando lo emiten) con los balines internos o propiciar un recobro enérgico según el escenario.

Comúnmente los minnows se encuentran en los catálogos de todas las marcas, ya que su eficacia es muy probada y su diseño base, permite hacer versiones infinitas para este guerrero de apariencia realista y muy letal.

Por lo regular son del tipo sinking (de hundimiento continuo) o  countdown (se hunden con una cadencia de tantos pies por segundo) lo que permite situarlos contando el tiempo a una profundidad determinada para comenzar el recobro (ver información en los  empaques). También – y por suerte- ya podemos encontrarlos del tipo suspending y en su mayoría, todos vienen armados con 2-3 anzuelos triples y se pueden usar para obtener capturas de cualquier especie, incluso en aguas profundas en la modalidad de troleo.

Sus cuerpos, si los comparamos con los jerk baits por ejemplo,  generan menos movimientos laterales y vibratorios pero resultan muy efectivos lo mismo en esteros, bocanas, ríos o en la orilla de las playas.

Los jerk baits

Aunque parezcan iguales a los minnows no lo son. De hecho y para facilitar su mejor hundimiento, en su mayoría son de forma más alargada y del tipo floating. Se recobran con uno o dos tirones enérgicos que los sumerje de forma violenta y se hace una pausa, dando tiempo a que regresen a la superficie, y que generalmente lo hacen bamboleándose lentamente.

Casi siempre son de paletas más ancha o de mayor ángulo, para lograr más movimientos y vibraciones en sus cortos recorridos cuando se hunde. Sus acabados, se basan más en los efectos visuales que provoca su cuerpo al vibrar y moverse cuando se hunde, que en una imagen realista de la presa.

Esta configuración para los jerk y los minnows, también los encontramos en los crankbaits usados para la modalidad de troleo (modalidad que nos ocuparemos más adelante) que por lo general son de mayor tamaño y peso, de paleta más larga, unas de plástico y otras de metal con un objetivo en común: hacerle más resistencia al agua para que la fuerza del recobro o el arrastre del barco los haga moverse y ganar más profundidad, que en muchos casos puede superar los 30 pies de agua.

Resúmen

No podemos abarcar los catálogos de todas las marcas, tipos y modelos, pero al menos compartimos la  información suficiente para  saber qué buscar según nuestras prioridades. Si la economía nos limita, tómense el tiempo necesario para analizar si lo que nos ofrecen es lo que nos hace falta o lo quieres porque alguien te crea la necesidad de tenerlo... ello aunque no lo crean, es lo que puede hacer más efectiva nuestra caja de pesca para hacer la diferencia cuando salimos a pescar.

Insisto en la importancia de conocer cómo, para qué y dónde usar cada señuelo. Reúnan toda la información que puedan, lean los empaques y completen con la red, todos los datos para poder usar mejor cada artificial y obtener las respuestas que seguro nadie les va a dar. Recordemos que aunque lancemos al agua el señuelo más caro del mundo, si no lo hacemos en el escenario adecuado y los movemos según el patrón de recobro, estaremos lanzando nuestro dinero al mar

sábado, 29 de agosto de 2015

Anzuelos triples o sencillos?

Por: Rolando Córdoba
La pesca como muchos deportes, no está exenta de las modas y gustos, ni mucho menos con la obsesión al cambio que -al-gu-nas-ve-ces- nos lleva a una buena solución. Lo digo porque no son pocos los que cuando les llega un señuelo –por alguna razón- siempre le buscan los peros y los porqués con la idea de justificar los cambios, sin pensar, cuántos especialistas se involucraron en ello durante mucho tiempo para que en un segundo y porque “nos parezca” le hagamos modificaciones -en este caso- a un señuelo artificial, pero así somos y sé que algunos lo disfrutan mucho, amén de que no siempre podemos accesar al señuelo requerido y en ocasiones, nos resulta mejor una “tuneadita” al viejo, que comprar el nuevo.

Como en todo, cuando hablamos de anzuelos diferentes para distintos señuelos, hay -como se dice- “para comer y para llevar” cada quien defendiendo sus razones . El primer señuelo que vi armado con anzuelos sencillos fue hace como unos 8-9 años. Era un señuelo tipo popper de origen australiano, no era largo pero sí “gordo” para su tamaño, pesaba como 2,5 onzas y me pareció fantástica la solución.

Después los vi en otras marcas del oriente y una italiana  llamada “Sea Spin”, que es una marca especializada en spinning para “saltwater” y una pena que no se venda en occidente, porque sin tener un catálogo de los más extensos (www.seaspin.com) tiene muchos productos que valen la pena a buen precio, solo que del otro lado del mundo.

En la actualidad y para una marca que colaboro, algunos de sus modelos como los Kamuy vienen armados con ese tipo de anzuelo que se denominan In-line, que significa que el ojo del anzuelo, está en la misma alineación (en línea) con el gap o gancho del anzuelo. Reconozco que no es un anzuelo muy común y no tan fácil de encontrar, pero si lo buscamos bien, se encuentra.

¿Pero ¿vale la pena cambiar siempre los anzuelos triples por sencillos? No lo creo. Si bien es cierto que para algunas aplicaciones puede resultar el cambio -quizás para muchas- no con todos los lures la balanza se inclina hacia el cambio, donde existe el riesgo de alterar el comportamiento que en muchos casos, se calcula de manera precisa y eso sucede por ejemplo con los señuelos “suspending”. Este tipo de señuelos es diseñado tomando en cuenta el peso del anzuelo y demás componentes, para garantizar un nivel de flotación bastante exacto, lo que un cambio de anzuelo, pudiera alterar el comportamiento del lure.

También debemos tener en cuenta todos los factores que pueden incidir a la hora de priorizar los aspectos posibles, dependiendo de las especies que regularmente salimos a buscar: como la resistencia de los anzuelos, el largo del “gab” o gancho, el peso en la acción, la función que tienen en el nado del anzuelo, cómo se comporta en el lance y si ello importa, porque a la hora del casteo, nado, penetración, enganche y liberación uno no se comporta como el otro.

Los poppers, por ejemplo, están diseñados para flotar y tendría que ser mucha la diferencia de peso del anzuelo  para cambiar su nivel de flotación. Hace años arreglé un popper de Rapala, con anzuelo inline para la pesca de  sábalos. Tratar de enganchar un buen sábalo con “anzuelitos” triples es como insistir en cocer el carapacho de una tortuga porque la prioridad es que penetren, que resistan y que lo agarre bien, no que pellizquen un ojo o se enganchen de una agalla, lo que en otras especies usando triples, pudiera representar hasta la captura... pero  al sábalo  hay que engancharlo... y engancharlo bien.

 Otros lures como los “minnow y los jerk baits” que se sumergen, suelen ser más tolerantes soportando el cambio aunque se afecte un poco el nado, a fin de cuentas, son lures que se comportan bastante erráticos en sus nados, aunque no estaría de más, hacer algunas pruebas antes de definir el cambio final.

También es una opción posible para viejos cranb baits o rattling, sobre todo los de brillo metálico. Tengo un par de ellos con anzuelos “inline” 4/0 que uso para dientones como los atunes cuando ando troleando lento o buscándolos para carnada a fondo. En ese caso no afectan el nado del “rattle”, tienen el “gab” abierto y una muerte fuerte, para penetrar limpio en la carne del atún y sostenerlo.

Conformamos una sencilla tabla de algunos aspectos básicos para ayudar a que cada quien pueda sacar sus propias conclusiones si se quiere optar por cambiarle los anzuelos a algún lure.

No creo que podamos dar un veredicto final porque va a depender de lo que queramos priorizar y que hagamos las pruebas necesarias para determinar, si vale la pena o no, cambiarle el anzuelo a nuestros señuelos.

viernes, 28 de agosto de 2015

La pesca del poderoso aleta amarilla



Por: Raul León Melesio

Sin duda alguna, mi pasión en esta vida es la pesca deportiva y de entre todos los peces, sin titubeos diré que mi predilecto es el atún aleta amarilla (Thunnus albacares) y cada vez que alguien me pregunta el por qué, las razones me sobran y debo primero resaltar en su demérito que la pelea suele ser sorda, pues siempre se tiran a fondo y ahí es donde se desarrolla toda la lucha, sin saltos espectaculares ni corridas en superficie y además, su pesca puede ser bastante lenta y aburrida algunos días, ya que se les suele encontrar lejos y es común que haya que “rogarles” mucho; pero entonces, ¿Por qué esa marcada predilección por este pez?, y no es solo porque su carne sea de entre mis favoritas (que lo es), sino que la respuesta reside en la pelea, en la fuerza bruta de este animal y verán, en mi experiencia como pescador, nada se compara con la fuerza del atún, ni el marlin azul, rayado o negro, ni los grandes tiburones, ni siquiera los meros grandes que parecen imparables, ningún animal que nade tiene la fuerza del atún, punto.

Hablaré solo del aleta amarilla, pues de entre todas las variedades, por su abundancia en los litorales mexicanos y en la zona en que vivo, es el que más he pescado y en el que me he especializado.

La afirmación de que es el pez más poderoso libra por libra (es decir, el que más fuerza tiene kilo por kilo de masa corporal) no es gratuita y les explicaré algunas razones de la anatomía y fisiología que dan explicación a esta afirmación, no sin antes advertir que lamento no tener el soporte bibliográfico a mi afirmación, pues aunque lo he leído, la experiencia me lo ha demostrado sobradamente…. les explico: El atún no es, como la mayoría de los peces, un animal con termofisiología ectotérmica (antes llamados animales de “sangre fría” aunque el concepto es arcaico ya), debido a que su temperatura corporal no es dependiente del medio ambiente (o no del todo) y puede termoregularla y así puede nadar en toda una variedad de temperaturas. Esa característica es solo el reflejo de otros aspectos de su maravilloso organismo que lo hacen tan poderoso. 

Es un pez con una hidrodinámica extraordinaria, casi perfecta, que lo convierte en nadador excepcional. Tiene una capacidad cardiaca y tamaño del corazón mucho mayor que cualquier otro pez con igual masa (casi 1/3 más que cualquier otro pez), tiene más glóbulos rojos que ningún otro pez y su proporción de masa muscular Vs. masa corporal es de las más elevadas, pero ahí no paran las características extraordinarias de este pez, que no respira bombeando agua por sus branquias; no, este pez no puede bombear agua, tiene que introducirla con el nado y lo hace a presión, como un turbo cargador que inyecta a presión el oxígeno en su sistema circulatorio al nadar a velocidad; pero si todas estas razones no bastaran, hay una más que es fundamental para comprender este pez y es que a diferencia de todos los peces que mueven sus costados en mayor o menor medida para propulsar su cola, el atún prácticamente solo mueve la parte final, la pura aleta caudal, así es que puede tener más músculo dedicado a un movimiento menor y por eso, cuando están ya izados en cubierta, en lugar de dar coletazos largos, golpean con su característico tamborileo rápido y corto. Así tenemos que el atún no es un pez “común y corriente”, es más bien un súper atleta de alto rendimiento y bajo el efecto de “esteroides” diría yo.

Más allá de los datos científicos de la fisiología del animal, les diré una afirmación subjetiva y empírica, que no obstante les invito con gusto a corroborar: Un atún pelea proporcionalmente como cualquier otro pez de 2/3 más talla, es decir, un atún de 10 kgs., pelea lo que un pez de otra especie de, digamos, 30 kgs. aproximadamente y hago esta afirmación debido a que he pescado con la misma caña, carrete y línea peces del triple de peso que un atún, y sin embargo el atún suele haber sido más difícil de izar y aun sabiendo que esta proporción subjetiva es solo “a ojo de buen cubero”, realizo esta aseveración cierto de que quién captura un atún de buena talla, coincidirá plenamente.

Aceptando las limitaciones en cuanto a la extensión de este artículo, de mi experiencia y capacidades así como la bastedad de formas, técnicas y conocimientos por saber para la pesca del atún, me limitaré a “arañar la superficie” del conocimiento en la pesca de este maravilloso pez, disculpándome de antemano por las omisiones, ambigüedades o torpezas que pueda cometer en mi afán de cubrir lo fundamental para que puedan ser exitosos en capturar estos peces y es por ello que abordaré el tópico explicando primeramente la forma de localizar al atún, luego hablaremos de la forma de hacerlo picar, y ahí abordaré las técnicas de pesca al arrastre (troleo) con señuelos, empleando spreader bars, a la deriva con carnada muerta, con carnada viva, con papalote y con green stick, entendiendo que no es difícil, sino imposible separar por completo el tema por “técnicas” ya que todas ellas pueden cursarse y nuevamente el lector tendrá que ser paciente con el brincar de una técnica a otra que me veré forzado a realizar; culminando con la pelea (que será básicamente igual para todo caso) y la izada del ejemplar, dejando breves líneas para los cuidados que habremos de tener con los ejemplares para el consumo humano.

Lamento no poder escribir de la pesca al popping o al jigging del atún porque tales técnicas tan especializadas y hermosas serían objeto de un trabajo independiente y exceden los alcances del presente.

Equipo de pesca ideal.

En cuanto al carrete, es mucho mejor usar convencionales que de spinning. He pescado atunes grandes con spinning, pero es mucho sufrimiento, su mecánica y funcionamiento hacen que el punto de gravedad sea totalmente inadecuado para un pez que se tira a fondo y la espalda baja pagará la factura. Es muy recomendable el uso de carretes de dos velocidades, es más, me atrevo a decir que solo los grandes marlins, tiburones y el atún me han hecho sacarle provecho a la doble velocidad, para ningún otro pez la he visto necesaria. Sin duda, hay que preferir los carretes de freno de palanca y al hablar de la pelea explicaré a detalle la razón. Usen carretes robustos, yo solo uso carretes metálicos, nunca de grafito, plástico u otros materiales, solo hay lugar para lo mejor y con los mejores frenos posibles.

En cuanto a la caña, entre más corta mejor. Claro está que esto cambia según la embarcación y si se va o no a usar silla de combate, pues la caña no deberá ser tan corta que roce con la embarcación, así es que eso determinará su largo, pero la regla sigue aplicando, entre más corta mejor.

Yo que peleo de pie y normalmente en embarcaciones pequeñas (pangas), les diré que mis cañas son todas de 5´5 pies o menos y mis predilectas para el atún son de 4´2 pies o 4 pies. Ahora bien, entendamos que si se pesca en embarcación grande y/o desde la silla de combate la caña adecuada podrá resultar una de 5´5 a 6 ´5 pies.

Dirán misa, pero las cañas de fibra de vidrio siguen siendo una bendición a la hora de curvarse al máximo y las prefiero a las cañas de grafito, aunque algunas marcas han sacado compuestos muy ligeros y que tienen una resistencia fenomenal. Las anillas de rodillo son sin duda una gran ventaja y si se puede conseguir cañas de pata curva no hay nada mejor pues ayudan mucho a pescar cuando el pez se tira a fondo y dan un ángulo mucho mejor al pescador para la pelea.

La línea… bueno, aquí debo aceptar mi subjetividad, yo solo uso líneas GSP (trenzadas de Spectra o Dynema), no uso nada más para ningún tipo de pesca y es que prefiero pelearme con los peces y no con el equipo; como pesco siempre de pie, busco usar equipo lo más ligero posible, un carrete pequeño y manejable pero repleto de línea GSP, con unas 400 yardas o más.

Diré que, la resistencia irá en relación a la talla de los ejemplares pero nunca me voy con menos de 30 libras (salvo que esté 100% seguro que solo hay ejemplares pequeños) y si los hay grandes, nunca uso menos de 60 libras. En cuanto al líder y los anzuelos hablaremos según la técnica empleada.

Siguiendo la pista del aleta amarilla.

Localizar el atún no es tarea fácil pues son peces que viven nadando constantemente de un lado al otro; pelágicos altamente migratorios que andan tras la comida y que son muy adaptables. El atún gusta del agua azul, en realidad la temperatura del agua no es tan crucial porque ellos siguen la carnada y en donde quiera que cierta carnada esté, ellos estarán, así puede variar mucho según estén comiendo sardinas, anchovetas, calamares, pez volador, etc... pero digamos que en general, entre los 20° y los 24° o hasta los 27° centígrados (entre 68°F y 75° F o hasta 80°F aprox.) estarán las carnadas que suelen ser de su predilección. Y pueden o no estar en superficie.

En cada lugar, los capitanes conocen lugares que el atún frecuenta, cañones, bajos, bancos, etc…, lugares donde se concentra la carnada y el atún “entra”, si tales lugares son conocidos, ahí, haya o no delfines, cuando la corrida de atunes entre, podremos localizarlos y regularmente cuando eso ocurre entran ejemplares de determinada talla promedio, aunque puede siempre haber ejemplares grandes aislados, parece más bien la regla que según la corrida que entre, se determinará la talla promedio de los animales presentes en estas circunstancias. Puede entrar corrida de atún chico (“de escuela” como se les llaman a los de hasta 50 libras aprox.), barriles (de 50 a 100 libras), puercos (de 100 a 200 libras en la jerga común de pesca), vacas (de entre 200 y 300 libras), súper vacas (de 300 libras en adelante), y toros a los escasos ejemplares que llegan o superan las 400 kgs.

Suelen delatarlos en estas circunstancias los pájaros que se aglomeran en los comeríos cuando se dan en superficie, pero puede no ser así y que la matazón se dé bajo el agua, en esos casos la sabiduría de los pescadores locales y la interacción en la mesa local de limpiado de peces, en la tienda de pesca y claro, en puerto con los pescadores locales suelen ser las herramientas a emplear.

En ocasiones el sonar (ecosonda o fish finder) nos puede ser útil, pero otras más no sirve de mucho si no se sabe leer, pues el lugar no tiene atunes al llegar, pero si hay carnada y nos quedamos en la zona, la corrida entra más tarde y eso hace el truco. Nuevamente la sabiduría local no tiene precio en esto. Debo anotar que casi siempre el atún se centra en comer un tipo de carnada y cuando esto es así,  ignoran cualquier otra cosa que no sea eso que están comiendo y por eso es importante saber la carnada que está presente para ofrecerle lo adecuado, aunque debo hacer hincapié en que los atunes, entre más pequeños, más crédulos y fáciles de engañar, más voraces y menos cautos, entre mayores, más elaborado debe ser el engaño para lograr el pique.

Sin embargo, el método más seguro y eficaz para localizarlos suele ser leer bien a los delfines. Los atunes son bastante adaptables a su entorno y se han condicionado a él para maximizar sus recursos. A lo largo del tiempo adquieren un reflejo, “saben” que el delfín es más eficaz para encontrar la carnada y por ello los siguen… pero no todo delfín tiene atún abajo, hay que saber cuáles si, cuáles no y leer sus conductas.

Comúnmente se dice que el delfín prieto (tonina) no suele traer atún, aunque hay sus gloriosas excepciones. El delfín gris es más común que traiga atún y hay que verlo; si al saltar lo hacen “de tornillo”, es decir, saltan dando giros sobre su eje, no hay duda, esa escuela trae un cardumen bueno abajo. Ahora bien, si se tiene un sonar esta labor es mucho más sencilla que la mera observación, pues los fish finder modernos, NO detectan a los mamíferos, pero sí a los peces y así, con solo pasar por la escuela, sea del tipo de delfín que sea, sabremos con certeza si hay o no peces pues el ecosonda localiza, rebota y marca la vejiga natatoria y como los mamíferos no la tienen, sabremos si hay peces o solo delfines.

Técnicas de pesca. Al troleo.

Diré que, si es en un bajo, banco o cañón sin escuelas de delfines en el área, lo más eficaz será la pesca al troleo de señuelos. La determinación además es dada por la disponibilidad de la carnada, se verá influida por la talla de los ejemplares y por el hecho de conocer o no con certeza su presencia. Si se trata de ejemplares de talla media o baja es más fácil engañarlos como hemos dicho y es más probable lograr el pique al troleo de señuelos, si son ejemplares mayores la carnada puede ser mejor alternativa si sabemos donde están, pues si hay que “peinar” un área grande para buscarlos, el troleo es una opción mejor que cebar la zona y esperar (o cuando menos una opción menos aburrida). Comencemos a hablar del troleo.

La regla siempre será tratar de imitar la carnada que están comiendo si sabemos de antemano que es. Así pues, si comen calamar, lo mejor es poner cedar plugs, calamares o señuelos (hawaianas) color rosa o café (que simulan el color del calamar) en tallas no muy grandes, si están comiendo volador (y lo sabemos pues los vemos en superficie) los señuelos de talla semejante en colores azul con plata o blanco, etc.

Si están comiendo “bulitos” o “platanitos” (bonitos pequeños), usaremos señuelos de la talla de la carnada prevaleciente y de tonos que la imiten, si vemos atunes saltar de lado, seguro andan comiendo sardina y los señuelos pequeños blancos, plateados o de tonos parecidos serán los que hagan el truco.

Ahora bien, si no sabemos qué es lo que están comiendo, coloquemos variedad, digamos por ejemplo, algunos señuelos de arrastre grandes (para marlin), de nado algo radical, cerca de popa en un tono oscuro y otro en un tono azul, verde o algo más claro (imitando bonitos), otros intermedios de dos tonalidades distintas, simulando calamar (rosa y café) y pez volador (azul con blanco o plata), y luego unos terceros atrás, bien atrás, pequeños, francamente pequeños, en tonos rosas y blancos (calamar y sardina) y dejemos escoger al atún, pero tan pronto haya un patrón claro, coloquemos todos siguiendo dicho patrón.

Es MUY importante señalar que, tan pronto pique, NO hay que parar el motor, hay que seguir y seguir, dando acelerones cortos al motor y con breves cambios de dirección, eso hará que TODAS las cañas piquen.

Aquí debo anotar dos cosas: Es importante usar frenos ajustados pues entre menos lejos corran los peces que han picado es más fácil obtener más piques y, una regla general es que para provocar el pique del atún, hay que colocar la mayor cantidad de señuelos y muestras posibles pues no es fácil hacer a un atún separarse de la seguridad del cardumen sin una buena razón y no es sencillo atraer a todo el cardumen sin una buena razón y esa razón debe ser mucha comida fácil.

Y es aquí donde irremisiblemente caemos en el tema de los spreader bars, dassy chains, y umbrella bars (en general los aparejos de señuelos múltiples), pues estos arreos sirven para colocar múltiples señuelos en una sola línea. Me voy a concentrar en hablar del spreader bar porque el dassy chain es una cadena de señuelos (varios señuelos montados sobre una misma línea), pero varias cadenas montadas sobre una varilla forman el spreader bar y si ese spreader bar tiene además varios brazos se forma el umbrella bar (barra de paraguas, de ahí su nombre) y nuevamente omitiré hablar de marcas o señuelos pues los criterios de talla y coloración antes señalados son aplicables aquí también.

Los spreader bars se pueden comprar ya hechos o hacerse y los he visto hechos con cedar plugs, pequeños hoochies, con plumas, con señuelos, con calamares, con peces voladores, etc., la variedad solo tiene como límite la imaginación y el presupuesto y los hay de unos pocos señuelos, hasta de más de 60. Solo considérese el riesgo de enredo y la tracción que genera para su fabricación o elección.

En términos generales hay dos configuraciones, en “V” y en “V” invertida, la primera es para atrayentes (teasers) pues no llevan anzuelos y la segunda, más larga en el centro, lleva al final un señuelo de mayor talla, más pesado y que genera más arrastre con un anzuelo. Yo me ocuparé de este segundo tipo, pues para la pesca del atún queremos el artilugio para capturar el pez y no para atraerlo como sería el caso del marlin u otros peces.

Es común (y recomendable) colocar un “pajarito”, un excitador al frente para que haga conmoción superficial y atraiga más al atún y puede inclusive comprarse la barra y fabricar varias cadenas con señuelos de diversas tallas y colores para así, elegir según la ocasión el tipo de barra a usar, y colocarlas con seguros a cada hijuela de la barra, pero en todo caso todos los señuelos serán de igual color pues imitamos un cardumen y por ende los ejemplares habrán de ser semejantes.

Normalmente se usan como único artilugio de señuelos múltiples pues son proclives a generar enredos y su posición es tan controvertida como el color y tipo de señuelo adecuado, es decir, cada quien parece tener su propia teoría.

Hay quienes lo usan al centro o a un costado cerca de popa, quienes lo montan en un tangón y en el otro colocan señuelos individuales, quienes lo ponen al centro en la línea larga hasta atrás y quienes buscan otro tipo de configuraciones, yo creo que esto depende en parte, de la embarcación que se usa, el largo de los tangones (si se tienen), las condiciones del mar, la conducta de los atunes y las preferencias del capitán, pero sea una u otra configuración es claro que sobre este aparejo recaerán la mayoría de los piques.

En lo personal me gusta colocarlo en popa cerca en una esquina para poder colocar otros señuelos más atrás y obtener así piques múltiples pues el atún se acerca al spreader bar y de ahí sus compinches tomarán los demás señuelos, no obstante, cuando los atunes están algo esquivos, prefiero ponerlo al centro y en la línea larga, bien atrás.

Por regla se usa una caña y carretes poderosos pues la tracción que genera este artilugio es mucho al trolearse y durante la pelea sin duda incrementa el arrastre y por esa causa además es conveniente un freno bien socado, pues ante el pique el pez no se lo llevará tan lejos (si no es un atún muy grande) y eso atraerá otros piques.

Debo anotar que cuando un animal pica en el spreader bar, por regla, su pelea será mucho menor que si pica de cualquier otra línea pues en sus carreras irá cargando con todo el artilugio que genera arrastre por el agua y que actúa en su contra y por eso los ejemplares pescados así pelean menos y se cansan más rápido.

El hecho indiscutible es que si se trolea con señuelos para el atún, el spreader bar es la herramienta que más piques nos puede generar, es con mucho, la que nos hará más exitosos y eficientes aun pese a sus detractores (básicamente porque como hemos expresado, el ejemplar pelea mucho menos).

Técnicas de pesca estática. Con carnada muerta.

¿Qué carnada muerta usaremos? He visto de todo, desperdicios de barcos camaroneros (excelente carnada), pedazos de bonito recién pescado, calamar troceado (extraordinario en temporada) calamares chicos enteros, sardina muerta, anchovetas muertas, pedazos de macarelas entre otros. La regla suele ser la misma, se pesca al garete sobre una zona. Hay quienes con mucha corriente se anclan, pero por regla general diré que parece mejor estar a la deriva, pasando una y otra vez sobre la zona, para colocarse posteriormente y volver a pasar sobre el banco o lugar de que se trate.

Entre más engodo podamos aventar, las posibilidades de hacer subir al atún y atraerlo aumentan y más podemos conservar al atún interesado y cerca y lograr piques múltiples y capturas múltiples. Las reglas generales para capturar al atún son las mismas, se use la carnada que se use:

A) Utilicen un anzuelo lo más pequeño posible, entre más pequeña la carnada más pequeño debe ser el anzuelo y la idea no es que no se vea, sino que no le pese para que pueda estar a la deriva al mismo ritmo de hundimiento y velocidad que los demás pedazos  del engodo  y no teman usar anzuelos muy pequeños a condición de que sean buenos, yo he cobrado excelentes ejemplares de más de 100 kgs con pedazos de bonito de 4 centímetros y anzuelos Owner Gorilla de 2 centímetros de largo total (anzuelos 1/0) y perdón que en esta ocasión si hable de una marca en particular, pero para esta clase de pesca necesitamos un anzuelo súper resistente y aun cuando he probado los Eagle Claw, los Diichi, Gamakatsu, Braid y otros, por su forma, tamaño, grosor y resistencia, definitivamente mi anzuelo de elección es el Owner Gorilla (aun por sobre el Offshore, Flylinner u otros modelos).

B) Se debe usar el líder más delgado que nos permita salirnos con la nuestra, hay ocasiones y no son pocas, que tenemos que jugárnosla porque el pez solo toma los líderes más delgados. El líder SIEMPRE habrá de ser de flurocarbono para esos efectos y no podrá ser de un libraje menor que el de la línea madre. He sacado ejemplares grandes con líder de 50 libras (y también los he perdido). Casi por regla llevo líder de flurocarbono de 40#, 50#, 60#, 80# y 100# y el estándar es 50# y 60#, solo le bajo si son muy pequeños los atunes o de plano no le hacen caso a mi carnada, y solo le subo si los atunes son verdaderamente grandes, pero basta decir que un ejemplar de 80 libras se le pesca con un líder de 50# sin problemas.

El líder habrá de ser empatado con nudo a la línea madre, nunca con candado, seguro ni destorcedor. He usado destorcedores australianos tipo “Wind on”, que son tan pequeños y resistentes que pasan por las anillas, pero aun estos estorban y es mejor atar el líder a la línea madre para evitar el peso y que derive normal. El largo del líder es un tema controvertido, hay quienes los usan de varios metros o quienes dicen que una sección de 1.5 mts es suficiente; para mí, cuando menos se debe usar el largo del pez que se pretende pescar como regla. Es muy conveniente estirar bien el líder para asegurarnos que no lleve ondas y sea lo más recto posible pues lo que queremos minimizar es el arrastre en el agua.

C) Se debe procurar que la carnada con anzuelo se vaya a la deriva junto con el demás enguade que hemos arrojado, que se hunda y se aleje al mismo ritmo, una carnada que no sea presentada adecuadamente, que no se hunda o derive al ritmo de las demás, que se quede atrás o que vaya más rápido, no será tomada por un buen atún, tal vez por otro pez o un ejemplar inexperto, pero recordemos que los animales no llegan a viejos siendo torpes y en estas zonas la presión de pesca suele hacer a los peces más cautos.

Para lograr una deriva más adecuada en cuanto a su ritmo, lo mejor es que cuando la arrojemos, coloquemos el carrete a bobina abierta solo con la chicharra y le saquemos con la mano mucha línea que dejaremos suelta sobre la superficie, para que no agreguemos la resistencia de hacer girar la bobina o salir la línea del carrete, debemos mantener alimentado ese exceso de línea floja para asegurar la deriva correcta y si pica, nos daremos cuenta por que el exceso es consumido y nos da tiempo de meter el freno y clavar (aunque se clavan solos normalmente).

Nada de usar plomitos, nada de nada, entre más sencillo, mejor, entre menos peso, mejor, entre menos visibilidad, mejor. Esta operación se repetirá una y otra y otra vez hasta que logremos el pique, encontrando la profundidad adecuada. No coloquen pedazos más grandes que los demás en el anzuelo, no hagan ninguna diferencia o distinción, el pedazo con anzuelo debe ser solo uno más del montón.

Técnicas de pesca estática. Con carnada viva.

Ya hemos hecho hincapié en la importancia de usar la carnada de predilección, la que estén comiendo en ese momento. He estado en situaciones en que traigo por ejemplo, caballito y no logro ningún pique, mientras los que traen sardina hacen su agosto.

He visto picar grandes atunes en pequeños bonitos y de hecho una técnica hawaiana probada para pescar grandes atunes se llama “sinking an aku” y consiste en pescar un “aku” (bonito o barrilete), colocarle un anzuelo  en el lomo y enviarlo a la profundidad (al colocar el anzuelo del lomo haremos ir a fondo al bonito), esta técnica que se puede aplicar con otros tipos de carnadas grandes, solo la debemos usar si en la zona hay bonitos y sabemos de capturas de atunes grandes, o como una alternativa para trabajar una zona donde están los delfines y sabemos que hay atún grande.

Diré que por mucho, la mejor carnada viva es la pequeña, sardinas y anchovetas. Nuevamente usaremos el anzuelo más diminuto posible y las reglas aplicables al líder con carnada muerta son aquí aplicables.

La carnada la habremos de sujetar por entre los ojos y arrojar junto con un puño de sardinas vivas (o mezcladas vivas y muertas) y nuevamente dejaremos que derive al mismo ritmo que las demás y procederemos igual que si fuere carnada muerta, a sacar línea del carrete sobre la superficie del agua para que la sardina se vaya a la deriva junto con las demás.

Hay ocasiones en que vemos que los atunes toman todas las sardinas MENOS la que tiene anzuelo, eso puede ser por varias causas, un anzuelo demasiado grande para la sardina (o una sardina muy pequeña), el líder le pesa por estar muy grueso o por estar enchinado y generar mucho arrastre, en fin, hay que ver la causa y eliminarla, pero hay ocasiones, cuando todo parece fallar, que el truco lo logramos colocando una sardina muerta y aventándola entre vivas y muertas y dejarla irse al fondo, a la deriva natural.

Hay otra forma de cebar y pescar con carnada viva y es ir avanzando sobre la zona de pesca a golpe de propela, lento y tener listas nuestras cañas con su anzuelo y comenzar a lanzar sardinas conforme avanzamos, 3 ó 4 por vez, a intervalos regulares para ir cubriendo la zona hasta que veamos a los atunes comer y entonces, ahí, aventamos nuestra sardina con anzuelo y todo y, nuevamente, cuidamos que se vaya a la deriva conforme a las demás y ahí suele ocurrir el pique si logramos hacer derivar la sardina de manera natural junto a las demás. A veces funciona hacer la operación trayendo una sardina con anzuelo atrás.

Así pues, sea a la deriva o con un troleo suave, sea con carnada muerta o viva, el secreto está en que la presentación sea adecuada, es decir, que la carnada se vaya junto con el engodo, al mismo ritmo que las demás sin mayor o menor velocidad de hundimiento y que no sea ni mayor ni menor que las demás.

Y podemos practicar este tipo de pesca también cuando encontramos a los delfines y la escuela y asegurarnos buenas capturas, pero si lo que queremos es lograr los grandes ejemplares, si lo que deseamos es “escoger” de entre todo un cardumen a aquellos animales de gran talla, entonces la fórmula es pescar con papalote.

Hay dos técnicas, una es volar el papalote con la embarcación a la deriva y colocar una o dos carnadas vivas grandes en superficie, a modo que entren y salgan con el subir y bajar de las olas, y esta técnica suele usarse sobre bancos, bajos o zonas que se sabe son productivas haya o no delfines, pero atrae a todo tipo de peces, dorados, velas, wahoos, marlins lo que sea que pase por la zona puede picar y definitivamente no es una técnica selectiva por lo que no gastaré más letras en el tema; sin embargo, la forma de atrapar atún y solo atún y es más, de ser selectivos y atrapar el o los atunes más grandes del cardumen es una sola y nada más: el troleo de pez volador de goma con papalote.

Para poder realizar este tipo de pesca necesitamos el equipo básico, que es, cuando menos, una caña muy corta para volar el papalote, de 2’5 a 3 pies de largo con anillas amplias para poder pasar los destorcedores, un carrete con línea GSP de cuando menos 80 libras (los mejor equipados usan carretes eléctricos y ciertamente es un gran avance si se puede costear), y el kit de broches (de esos que se liberan al impacto como los usados en los tangones), destorcedores, candados y anillas cerámicas y los plomos de barril de 1 onza; los indicadores no son necesarios y es mejor hacerlos uno mismo con tiras de cinturones plásticos negros como aquellos que se emplean en los chalecos salvavidas o algo más grueso, con banderines o un material similar.

No sé si sea mi imaginación (y la de muchos más) pero cuando se hacen estas bandas de 1 metro de largas y 20 ó 25 centímetros de ancho en forma correcta, son excelentes marcadores y dan la impresión de ser un ave que sobrevuela al pez volador.

Adicional a eso, necesitamos el señuelo que es y solo puede ser un pez volador de goma con las alas abiertas marca Yummee Fly’NFish (véase http://www.carolinalures.com/yummeefln.htm) de 9 pulgadas (los hay de 7 y 4 pero yo, como esta técnica la centro en atunes grandes, uso el señuelo más atractivo), no sé siquiera si hay otras marcas pues con la efectividad de este señuelo simplemente estoy casado de corazón, pero no se fíen del arreglo terminal que traen de fábrica, en mi opinión y experiencia es mucho mejor comprarlos sin líder ni anzuelos y arreglarlos uno mismo.

Aquí como el líder y el anzuelo no afectan en nada la presentación, podemos darnos el lujo de usar un líder de 250 libras, unos 2 metros están bien para embarcaciones medianas, metro y medio para las pangas y hasta 4 para los grandes yates

Hay que colocar un plomo de barril de 1 onza, pasar el líder por la trompa del pez volador, sacarlo por el abdomen y acabar el arreglo sujetando un anzuelo Owner 5134 Jobu 8/0 ó 9/0; anzuelos súper filosos, súper resistentes y enormes, que solo cuando van a ser usados los sujeto en la parte de hasta atrás de la cola del pez volador con una liga.

Teniendo ya ese equipo, preparamos una caña que usaremos para estos efectos. Para mí está claro que será un gran carrete metálico de dos velocidades y freno de palanca, que tenga no menos de 400 yardas de línea de alto libraje, yo no uso menos de 80 libras pues he visto el tamaño de animales que le saltan a estos señuelos, preferiblemente uso línea de 100 libras si tengo una silla de combate a la mano; procuro usar cañas duras como palos de escoba y con anillas de rodillo.

Como he dicho yo uso solo equipo con líneas GSP y a ellas al final ato un candado (o broche) con destorcedor de resistencia de 350 libras o más y no me ando por las ramas, solo uso lo mejor, candados de la mejor calidad con destorcedores de baleros pues vamos a someter al equipo a la máxima presión y si no es de la más alta calidad algo va a ceder, algo va a salir mal.

Metemos la anilla cerámica a la línea madre y DESPUÉS atamos el destorcedor y candado para luego de ahí sujetar el líder que va al señuelo. Estando ya listos ahora es menester comenzar la faena y pensemos para ello que hemos localizado ya el cardumen de delfines.

ANTES de volar el papalote, tómense su tiempo, vean; es de crucial importancia determinar dónde está el frente de la escuela y en qué dirección va. Hecho esto se vuela el papalote, el cual a los 30 metros, lleva un destorcedor donde pega el broche (que se libera al impacto como el de los tangones),  habiendo calibrado dicho broche para que se abra a la presión deseada; le colocamos la anilla cerámica sujeta a la línea madre, ponemos el carrete de pesca en el portacañas a bobina abierta con la alarma puesta y subimos el palote más, con ello una persona cuida de la caña del papalote mientras el capitán da avante para crear la tracción necesaria en el papalote y el pescador controla la línea principal.

La idea es clara, el pez volador debe tocar el agua y saltar, dar saltos de uno a 3 pies para luego volver a tocar el agua, chapotear un poco y volver a volar. Es muy sencillo saber si lo estamos haciendo bien o no, pues el aspecto que este señuelo da es impresionante, si en verdad parece un pez volador lo estamos haciendo bien, si se la pasa chapoteando y dando tumbos, cobramos un poco, si salta demasiado o está fuera del agua le damos más línea. La caña del papalote reposa en un portacañas de preferencia en el lugar más alto posible.

Esta técnica requiere de un buen equipo. Bien concentrado en la labor, el capitán debe estar viendo la escuela y buscando colocar el pez volador FRENTE a la misma, pasarla de un lado a otro por enfrente, pues si pasamos por los costados o por en medio agarraremos atunes de tallas medias, si queremos los grandes del cardumen, la presentación ha de ser correcta, siempre al frente de la escuela de delfines, pero además el capitán debe cuidar todo el tiempo el papalote pues si el viento cesa o cambia de dirección, habrá de acelerar para crear tracción o cambiar de dirección para evitar que caiga.

El pescador por su parte debe estar muy ocupado, dando línea o cobrando para mantener el pez volador trabajando como debe ser y compensar esas subidas y bajadas del papalote; debe estar también muy atento para avisar al capitán si el papalote se está bajando demasiado o en general de cómo se comporta y además, muy a las vivas para ver la picada que, es la más espectacular que yo haya presenciado, pues es una explosión tras el señuelo, seguida de un salto de un animal (que debe ser enorme) tras el engaño y como suelen no agarrarlo al primer salto a veces son dos o tres intentos seguidos.

Un grave error es aminorar la marcha, si el atún lo agarra ha de ser en movimiento pues debe ver la conducta natural de un pez huyendo. El pescador debe estar muy alerta para que, tan pronto pique, avisar, ver que el freno esté en posición de “Strike” y cobrar línea de inmediato, pues la cantidad de línea suelta es enorme, ya que sube al papalote y baja de nuevo al mar y hay que recuperarla cuanto antes. Al aviso de pique, el capitán hará lo suyo dando avante al motor a toda marcha para auxiliar al pescador a ganar la línea suelta cuanto antes.

El clavado ocurre por sí solo y si la pieza es de mediana o gran talla, de inmediato la caña acusa el peso del animal y el carrete comienza a largar línea a velocidad vertiginosa y sacar humo. Si al ver ese espectacular salto fuera del agua del tremendo animal al pique y ver cómo larga línea la caña no les hierve la sangre… les tengo malas noticias, ¡o están muertos o no son seres humanos!

Ahora bien, ocurre que por el oleaje a veces el pique sucede cuando el señuelo está en la base de una ola y la cúspide nos impide ver, para eso son los indicadores de picada, que se colocan entre el líder y la línea madre y son, como hemos anotado, una banda de tela gruesa negra que delata el pique de inmediato.

Tenemos que estar MUY despiertos tanto pescador como capitán, pues el pique es muy violento, muy explosivo y si no se detecta a tiempo puede tumbar el papalote y si no recobramos a tiempo la línea suelta perderemos al pez. Tan pronto ocurre el pique, el ayudante de cubierta (o el capitán) deberá recobrar el papalote mientras el pescador se aplica a la pelea.

Esta misma técnica de pesca puede usarse en bancos, y otros sitios con atún, solo que bajo tales circunstancias no sabemos qué se le va a tirar al papalote y pueden ser ejemplares de tallas medianas.

No obstante es tan productiva esta técnica, tan efectiva, que todo aquel que la practica queda prendado de la misma, basten dos anécdotas breves para mostrar su eficacia: en los torneos de atún en Los Cabos, los últimos 3 años al hilo, todos los peces que han punteado, todos los primeros lugares han sido capturados con papalote.

Por otro lado y lo sé de primera mano, ¡hay quienes han inclusive obtenido el pique de delfines en el pez volador!, sí, así es, es el único caso en el cual accidentalmente se llegan a engañar a esos “inteligentísimos” animales que ni con la carnada viva mejor presentada pueden ser burlados, eso nos habla de lo extraordinario de la presentación.

Hay quienes en condiciones de muy bajo o nulo viento o para quitarse la monserga de cuidar el papalote le adhieren un globo grande lleno de helio, esto es muy efectivo pero poco práctico y reservado para grandes embarcaciones, capaces de cargar con el tanque de helio para estar llenando los globos.

Otra técnica que solo mencionaré es el “Green stick”, un método de pesca que surgió de la flota de pesca comercial japonesa altamente letal, tanto, que está prohibido en todos los torneos y en muchos lugares se le considera un sistema de pesca comercial que necesita una licencia especial para su práctica.

Requiere de una embarcación grande y de equipo muy costoso y especializado, es una máquina de pesca a gran escala si así se quiere. No se necesita decir nada más al respecto.

La pelea del aleta amarilla.

Ya sea de pie o con silla de combate, debemos tener conciencia que nos enfrentaremos a la lucha más intensa, fuerte y encarnizada que puede dar algún pez, nos enfrentamos a un “atleta de alto rendimiento con esteroides” en el mar y por ende, si la pieza es de talla considerable, dará una dolorosa pelea. Sí, con los atunes grandes no es nada más que eso, dolorosa sea cual sea la circunstancia y si no sabemos perfectamente lo que estamos haciendo, el pez es quien nos va a derrotar.

El atún peleará 9 de cada 10 veces a fondo la totalidad de la pelea, son pocos y raros los casos en que se tiran a superficie por algunos momentos así es que la espalda baja va a sufrir las consecuencias. Conviene terminar la pelea lo antes posible con los ejemplares grandes porque si se alarga puede ser un verdadero suplicio así es que el freno deberá estar bien ajustado.

Si piensan pescar de pie y el pez es de 100 libras en adelante, un arnés que los ate al carrete es fundamental salvo que sean deportistas consumados. Una defensa, pancera u ombliguera habrá de usarse y debe ser una grande que nos permita apoyarla en los muslos y no en el vientre para crear mejor centro de gravedad (bajo) y mejor equilibrio.

Sean conscientes de sus capacidades y del libraje que pueden manejar, por ejemplo, yo que peso 70 kgs. lo más que controlo con seguridad son 60 libras, los carretes de 80 me llevan y pueden ser un peligro, y es más recomendable en esos casos sentarse para dominar la línea o bajarle al frenado o, mejor aún, usar el libraje que podamos controlar, no obstante, si se tiene la experiencia debida y el equipo adecuado, es bajo su responsabilidad aventurarse a librajes más pesados, yo he usado hasta 100 libras de pie y sé que varias veces me lleva, por eso tengo que anclarme con los brazos de algún punto  e inclinar mi cuerpo hacia atrás mucho para aguantarlo y en ocasiones, bajar la presión del carrete si siento que me lleva por completo y esto, es una maniobra muy peligrosa.

Decía un amigo en broma que en la pela, “todos los atunes son iguales… solo que hay unos más iguales que otros” refiriéndose a que todos pelean como demonios y a fondo, solo que hay unos más grandes y encastados que otros y nos van a hacer sufrir.

Como hemos dicho, la mayoría de la pelea es a fondo y por eso las cañas cortas ayudan mucho, hay que meter la máxima presión posible pues el concepto es que, si peleamos a su ritmo, nunca lo vamos a cansar (o nos vamos a cansar nosotros primero), la idea es estresarlo lo más posible, forzarlo a dar corridas y pelear al 100% de equipo.

Imaginen que es un atleta de alto rendimiento, si lo dejamos agarrar su ritmo él va a ganar, pero si lo presionamos a correr todo el tiempo, se va a fatigar, quemará todas sus fuerzas rápido y eso es lo que queremos hacer. No hay tiempo para descansar, si ustedes descansan también lo hace el atún, pero él se recupera mejor y más rápido así es que solo hay de dos, o él está robando línea, o nosotros cobrando.

El bombeo es ESENCIAL, si no sabemos hacerlo estamos perdidos, hay que bombear cada que el pez deja de robar línea y el buen bombeo jamás se hace con los brazos, son músculos débiles para esa faena, el bombeo se hace con la cadera, usando las piernas y las pantorrillas si es necesario, no se inclinen para adelante, su espalda recta lo más posible, sus brazos estirados, las manos no deben estar más apretadas de lo necesario o se van a acalambrar pronto, la espalda echada hacia atrás buscando que el pez nos cargue a nosotros y no al revés.

Aquí la doble velocidad en verdad se aprecia. Cuando el pez está corriendo, dejamos el carrete en la alta, pero cuando se “emperra a fondo”, metemos la lenta y con poca línea que ganemos es un buen trabajo.

Si estamos en la silla de combate, la labor será la misma en esencia, no echen la espalda para adelante sino  atrás, hagan que el pez los cargue, usen las piernas.

La señal de que hemos hecho las cosas bien será cuando el atún comience a nadar en círculos, esta conducta se conoce como “death circles” o círculos mortales y anuncia el final de la batalla si hacemos lo correcto, si no, es señal de que el pez se va a recuperar y la pelea se alargará otra hora o más. Cuando el pez empieza a dar vueltas en círculo, siempre lo hace a fondo en el sentido de las manecillas del reloj (no sé por qué, pero a mí cuando menos, jamás me ha tocado un atún que de vueltas en otro sentido y parece esa ser la regla según he constatado con muchos pescadores locales), y el patrón es siempre el mismo, de las 12’ a las 6’ el pez jala, de las 6’ a las 12’ uno recupera línea.

La pelea puede en este punto, inclinarse de uno u otro lado dependiendo de si hacemos bien este trabajo o no. La idea va a ser meter la máxima presión posible, para eso los carretes con freno de palanca tienen un “Strike” y un “Full” que incrementa 1/3 la presión del freno, aquí pasamos a la velocidad lenta, y empujamos la palanca poco a poco más allá del “Strike”.

De las 12’ a las 6´ solo aguantamos, no pierdan energía en cobrar, con que el pez no robe línea o robe poca basta, concéntrense en el freno, metan la máxima presión que sepan que va a aguantar, no importa si roba línea, solo hagámosle la vida más difícil que podamos, estén listos para bajarle al freno si así lo pide el pez pues es preferible a que rompa la línea, pero tan pronto sintamos que pasa de las 6’ es nuestro turno, hay que bombear y ganar línea. No son bombeos profundos, son  cortos, suaves, poderosos, que ganemos lo que sea, una vuelta al carrete, media vuelta, ¼, lo que sea es valioso, no importa si esa misma línea la perdemos en su siguiente paso, el objetivo es meter la máxima presión y mantener lo más estresado posible al animal.

Aquí un capitán experimentado puede ser de mucha ayuda, puede virar la embarcación para maximizar la presión y usar la embarcación a nuestro favor y un pescador experimentado usará el sube y baja del bote en las olas como un bombeo a su favor.

Recuerden que si descansamos el pez lo hace también y él se recupera más rápido.

Para la izada se requieren un par de ganchos resistentes y de cabo largo, no es necesario el gancho volador y tan pronto el pez está al alcance se clava cerca de la cabeza, si es posible clavar el gancho en el pecho, en la base de las agallas, se desangran muy rápido y no dan tanto trabajo pero con los grandes el cobro suele ser una faena difícil y violenta.

Nunca se debe izar un atún grande que no esté bien dominado porque puede ser un peligro. Subir el peso muerto a bordo, si es un gran atún, requiere de más de un individuo y hay que apalancarse con el francobordo o como se pueda para su izada.

Ahora: ¡a festejar!... 

Espero en estas breves líneas llenas de pasión, más que denotar mis carencias como pescador (o escritor), los haya contagiado de la fiebre que tengo por este magnífico pez, haberles transmitido mi pasión por la captura y pelea del que para mí es, sin lugar a duda, el máximo peleador libra por libra de la pesca deportiva… el gran atún aleta amarilla.