Por: David Mailland
En el clásico filme del oeste de 1966 “El bueno, el malo y el feo”, del director italiano Sergio Leone, el actor Elli Wallach caracteriza magistralmente al “feo”, cuyo nombre completo en la cinta es Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez, mejor conocido como “Tuco”, un arrojado bandido sin escrúpulos que manejaba magistralmente la pistola.
Si comparamos al “Tuco” con un pez de agua dulce, éste sin duda sería el tucunaré, un ejemplar tenaz, a menudo conocido por su agresividad y espíritu de lucha, bastante malicioso hacia su presa, incluso de su propia especie . Así como el Tuco en el salvaje oeste, el tucunaré vive en un mundo duro, donde sólo sobreviven los más aptos: en las aguas oscuras y sombrías del caudaloso Río Negro en el Amazonas.
Un escenario grandioso
El viaje comenzó en el río Padauirin un afluente del río Negro, cercano a la frontera con Venezuela, con el guía de pesca franco-brasileño, Ian Arturo. La inmensidad de la selva amazónica es simplemente increíble. Su amplitud se extiende tan lejos como alcanza la vista; esto es algo que confirmamos durante el vuelo de Barcelos a Manaos donde admiramos desde 900 metros de altura las antiguas y fastuosas construcciones y la enorme reserva indígena del río Conumá, en un viaje que nos llevaría a abordar nuestro barco para comenzar a navegar por el Río Negro.
En cierto modo, la escena durante el trayecto en el río Negro fue totalmente surrealista al ver como el buque trazaba su camino en siluetas por los laberintos entre varias islas y lagunas interiores hasta detenerse en el primer punto de pesca en un largo viaje. Si bien son algunas horas, los paisajes y la adrenalina de la inminencia de la pesca lo transforman en una travesía rica y expectante.
Al igual que en alguna de las bandas sonoras del compositor Ennio Morricone, pudimos escuchar al llegar como fondo musical, un profundo silencio natural interrumpido en ocasiones por intermitentes canciones de algunos pájaros, el zumbido de insectos, las llamadas a distancia de los monos y el sonido discreto de nuestros señuelos al bailar sobre la superficie del agua del río Negro que tiene una coloración marrón oscura y de alguna manera asemeja una taza de té negro recién hecho.
Científicamente hablando, el color oscuro proviene de la descomposición de los ácidos húmicos que contiene la vegetación que nace en los claros de arena. A pesar de la coloración, la visibilidad bajo el agua es buena y se puede ver claramente pasar en el fondo peligrosas rayas de agua dulce y pequeños bagres bigotudos.
Los días que pasé en el Amazonas con Ian y su equipo, han sido parte de una experiencia inolvidable. La pesca, la hospitalidad de mis anfitriones y el hecho de estar a bordo de nuestro gran bote “el Kalua” en medio de esa majestuosa selva, hicieron todos mis días asombrosos y un viaje absolutamente increíble, como la vez que visitamos a un grupo de nativos en una de las aldeas llamada La Esperanza, para pedir que se nos conceda permiso para pescar en sus aguas, lo que resultó en una de nuestras mejores pescas.
En la mayoría de los viajes hacia los puntos importantes, los guías a menudo tienen que abrirse camino con machetes y motosierras debido a la espesura de la selva. Fue un trabajo agotador pero muy gratificante por las capturas obtenidas. Los descansos entre los lances nos daban el respiro necesario para pelear palmo a palmo con los tucunarés y aprender más sobre las diferentes formas de vida en la selva. Recuerdo por ejemplo, cuando Ian me mostraba el látex lechoso de la corteza de un árbol de caucho, principal producto de exportación de Manaos para el mundo.
Sin duda, también es un lugar espectacular para los pescadores con mosca que buscan en el Amazonas un lugar gratificante para la pesca del tucunaré de todos los tamaños. De hecho, Ian dio una demostración de fly fishing que terminó con la captura de un número bastante grande de peces con relativa facilidad.
Colorido embajador del Amazonas.
El tucunaré (el famoso Peacock Bass) fue la especie objetivo del viaje. Se considera en Brasil como el embajador del Amazonas, por ser la especie que más pescadores internacionales atrae a sus ríos, especialmente de Estados Unidos, Japón y algunos países europeos. Es un pez de enorme valor deportivo por sus espectaculares ataques pescando sobre todo en el espejo de agua con señuelos de superficie, así como por su gran fuerza y velocidad, que unidos a sus llamativos colores, lo convierten en una de las grandes presas de agua dulce a nivel mundial.
Los peces adultos pueden superar los 10 kgs. (el actual récord IGFA es de 29 libras) y nosotros, a pesar de no atrapar ninguno que tuviera el peso para batir algún récord, tuvimos la fortuna de pescar algunos serios ejemplares de entre 4 a 6 kgs. , de esta especie maravillosamente coloreada por la naturaleza.
La mayoría de las cosas que he leído sobre el tucunaré en las revistas de pesca resultaron ser ciertas. Este pez es un luchador tenaz y pelea “sucio”. Al detectar el peligro cuando está enganchado, instintivamente mueve la cabeza violentamente para zafarse el señuelo y muchas veces logra conseguirlo sin dificultad, Si logra su objetivo, es casi imposible atraparlo de nuevo. Esto, sin contar con los grandes tucunarés que son los campeones de los anzuelos doblados, líneas rotas y carretes que terminan en llanto.
Pensaba que el tucunaré, era un pez muy parecido a la lobina en su comportamiento, sin embargo, aunque su anatomía física es similar como su gran boca y su afán por los señuelos de superficie, supe que la primera diferencia es que en realidad es un cíclido (familia de gran éxito evolutivo, mayormente de agua dulce, muy atractivos para la acuariofilia), contrariamente a la lobina. Transitando por el río me quedé pensando todo lo que un tucunaré tiene que sortear para prosperar en su entorno extremadamente agresivo rodeado de caimanes negros, impredecibles aruanas, ejércitos de pirañas y el pez gato gigante que recorre las profundidades del río…definitivamente tenía que ser un pez sobresaliente y muy arrojado como el “Tuco”.
Tomando la decisión correcta
Un viaje a la Amazonia ofrece la mayor experiencia de vida para cualquier pescador de agua dulce. En nuestro caso, un elemento crucial para poder hacer el viaje fueron los servicios de orientación prestados por la gente de Ian y la sabia elección de un guía experto que es muy importante en el siempre tan dinámico cuenca del Amazonas, ya que los niveles de agua en algunos lugares de pesca puede variar enormemente.
Ian ha tenido años de experiencia de pesca en el Amazonas. Sus guías se encuentran entre algunos de los mejores pescadores de la zona. Más aún, Ian disfruta de una buena relación con los nativos de varios poblados que a menudo le permiten acceder a ríos donde a poca gente le permiten entrar.
Con nosotros iban unos pescadores brasileños que pasaron la mitad del tiempo en la captura de los bagres bigotones. También capturaron una piraiba de 50 kgs. y 3 surubis: los llamados bagres zebra, igual de buen tamaño.
Yo en lo personal experimenté por primera vez en mi vida un doble enganche en dos ocasiones en menos de media hora. La captura de dos peces con el mismo señuelo a la vez, es un encuentro bastante raro que nunca me había pasado antes. Pero lo mejor de las peleas vino de un tucunaré de 6 kgs. que se le “tiró” violentamente a un Lucky Craft Sammy 128. El pez había seguido mi señuelo por más de 40 metros en uno de los lagos interiores, hasta que se le abalanzó prácticamente a un metro de la punta de mi caña, fue sumamente emocionante y la pelea... increíble!.
Muchos de nuestros lances tuvimos que realizarlos a través de la profusa maleza que se levantaba alrededor nuestro. Para estos casteos bastante osados Ian usaba un ruidoso señuelo Amazon Ripper de Luhr Jensen de doble propela. Apenas prendíamos un tucunaré el guía maniobraba rápidamente para sacar el bote de entre el ramerío y así ayudar al pescador a tomar una ligera ventaja. La lucha es fantástica con este pez que no se cansa de dar un montón de saltos y giros alrededor del barco. Incluso cuando parece que está sometido, puede dar algunos sorpresivos tirones en una carrera por su libertad.
El movimiento de atracción del señuelo debe hacerse ser muy rápido. “Nunca se es demasiado rápido para un tucunaré” –comentaba siempre Ian-. Además me recomendó parar el movimiento prácticamente hasta topar con el barco ya que les gusta seguir el engaño y arrebatar de último momento, exactamente como me sucedió.
Varias especies pueden ser capturadas con caña y carrete, en especial los grandes ejemplares de catfish como la piraiba y el pirarara (red tail catfish), el surubí cebra, las aruanas, los agresivos dog fish, picudas de agua dulce y las grandes pirañas negras.
El mundo se divide en dos clases de personas...
Los que preparan su viaje y los otros. Para este viaje, las especies objetivo no eran otras más que los tucunarés grandes y en mi equipo de pesca llevaba carretes de baitcasting cargados con línea trenzada de 40 libras con un ratio de 7:1, (una relación de transmisión que permite pescar con señuelos de superficie a altas velocidades), líder de 50 libras de fluorocarbono y cañas de 7 pies de 30 libras y todo funcionó de maravilla. Por cierto, no hay que olvidar la pinza de sujeción de boca de buena calidad como el de la marca Eastaboga Tackle, muy importante para evitar lesiones en el manejo de los peces.
En cuanto a los anzuelos, los informes y artículos que había leído antes de este viaje recomendaban los Owner ST-56 3X. Me aseguré de que todos mis señuelos tuvieran esos ganchos y no tuve nada de que arrepentirme. De los señuelos llevé algunos de los que yo uso en Francia, como los Lucky Craft B’Freeze 128SP peacock colors , el Sammy 128SP white, el Candy Flashminnow 130MR sardine que me dieron muy buenos resultados. Además yo recomendaría una visita a la tienda de pesca local “So Pesca” ubicada en el puerto de Manaos. Esta tienda tiene una buena variedad de señuelos de manufactura brasileña especiales para los tucunaré.
Ian nos comentaba al final del viaje que tiene planes para ofrecer servicios de renta de equipo de pesca muy pronto para sus clientes. Esto ayudaría a una ahorrar unos buenos dólares que se pagan para el traslado del equipo deportivo en los vuelos y una carga menos para nuestras manos.
Para aquellos que quieran hacer su reserva para pescar con Ian y su gente, es aconsejable contactar con él directamente para comprobar la disponibilidad de hospedaje. Un dato importante es que las aguas del Río Negro son muy ácidas y su elevado PH evita la proliferación de mosquitos pero no de algunos insectos inofensivos que en la noche son atraídos por la luz artificial.
Mi viaje al Amazonas me confirmó una vez más que el tiempo no se mide en dinero, sino en amaneceres y atardeceres y la selva misma se convierte en una vocación democrática en la medida en que es el lugar donde el tiempo de cualquier ser vivo es valioso y donde el sentido del tiempo se ajusta a los ritmos naturales de la vida misma....nos vemos en el próximo reporte para Troleo, en alguna parte del mundo.
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