Go Fish

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domingo, 15 de marzo de 2015

Drop Back



Por: Marko Alcaraz Ley

Los grandes depredadores marinos de aguas abiertas poseen hábitos de caza variados según su especie y también según sean las presas de las que se alimentan y las condiciones del medio; al mismo tiempo, sus instintos les dictan como atrapar, matar, y por último tragar su alimento para sentir saciada su acción depredadora y todo esto en movimiento.

Un pez vela por ejemplo, tiene variadas “técnicas” de ataque y formas de tragar su alimento y las aplica según sea el tipo de presa y las condiciones del medio circundante. Los peces vela poseen efectivas armas como son sus picos, su vista, su velocidad, sus colas, sus velas, su línea lateral y sus grandes hocicos. Sus picos los utilizan para alcanzar a presas más ágiles que ellos, golpeándolas para quebrarlas, poder atraparlas con sus fauces para terminar de matarlas o simplemente succionarlas gracias al efecto de sifón de sus opérculos branquiales.

Comprender el porqué de sus picos y cómo los utilizan es fácil si antes intentas atrapar una gallina con tus manos ¿alguna vez lo has intentado? ... no es nada fácil, ¿pero qué tal si alguien te facilita un bate de beisbol?

Sabemos que son depredadores muy eficientes, pero lo que cazan y tragan son presas vivas y esas presas vivas actúan distinto que nuestras carnadas una vez que han sido alcanzadas por ellos.

Muchos nos enfocamos en lograr que nuestros señuelos y carnadas vivas o muertas actúen lo más “natural” posible durante la acción de pesca, pero ¿también nos preocupamos porque éstas actúen de forma “natural” en los momentos posteriores al pique? … es justamente en este punto en donde aplicamos las maniobras de enganche necesarias para lograr que nuestra carnada actúe lo más parecido a cómo reaccionaría una presa similar en el estado natural y así, facilitarle al depredador la consumación de su ataque y logre por fin tragar nuestra carnada y poder reacionar clavando nuestro anzuelo.

En castellano estas maniobras de enganche las conocemos como “dar línea”, “dar de comer”, “dar arreada”, etc. según la región, pero por razones de estandarización utilizaremos el término en Inglés conocido como “Drop back”.

La mecánica del drop back

Podemos describir la maniobra de drop back como la acción de permitir que el pez cobre cierta cantidad de línea entre el momento en el que atrapa la carnada y el momento en el que clavamos el anzuelo. Para entender la razón de ser de esta maniobra, primero tenemos que visualizar lo que sucede bajo el agua y al otro extremo de nuestra línea.

En el caso de una carnada muerta ofrecida al troleo del pez vela, el pez primero la golpeará para alcanzarla en el caso de que troleemos a velocidades relativamente altas para las carnadas (más de 7 nudos) pero en el caso de trolear a menor velocidad, ellos simplemente las inhalan y atrapan con sus fauces, apretándolas, obedeciendo a su instinto de matarlas para poder acomodarlas con la cabeza por delante y tragarlas.

En nuestro extremo de la línea, nosotros debemos estar muy atentos para reaccionar inmediatamente si observamos a un vela en la estela o intentando alcanzar nuestra carnada, para tomar la caña en nuestras manos, bajar el freno a “free spool” pero deteniendo la bobina con nuestro dedo pulgar y manteniendo la punta de la caña bien en alto para mantener óptima la acción de la carnada.

En el momento en el que el vela golpee la carnada, bajaremos la punta de la caña de forma brusca para que el arco que forma la línea al ser bajada permita que la carnada se detenga por breves segundos, eso asemejaría a un pececillo golpeado y justamente es lo que el pez vela espera para atraparlo; nosotros mantendremos la punta de la caña apuntando al pez vela (esto es importante para eliminar al máximo la fricción de las guías sobre la línea y poder sentir mejor lo que el pez vela hace) y esperaremos unos segundos a que el bote tense la línea, y si el pez vela atrapó nuestra carnada, sentiremos el peso en nuestro pulgar, aflojamos la presión de él en la bobina permitiendo que la línea salga, es importante ceder esta línea para que el pez vela cotinúe con su rutina depredadora que en ese momento es apretar la carnada y acomodarla para tragarla; la cantidad de línea a ceder es justamente el ajo de esta sopa y la medida “correcta” puede variar enormemente entre pescador y pescador. En mi opinión la cantidad de línea a soltar dependerá de varios factores, entre ellos el tamaño de la carnada pues a carnadas mayores, mayor línea tendremos que dar; también el tipo de carnada y por supuesto la especie que ha picado.

Algunos pescadores traducen la cantidad de línea a tiempo y este tiempo contado en segundos. Con este parámetro y una velocidad de troleo de 5-6 nudos podemos redondear a que un vela que ataca a una carnada del tipo de una lisa de a cuarta o a un ballyhoo de tamaño similar, requerirá de “algunos” 4-6 segundos. A carnadas mayores, mayor tiempo y viceversa. Carnadas suaves como pancitas de barriletes armadas o filetes de calamares o calamares enteros, el drop back deberá ser muy corto a lo más algunos 3 segundos. Algo mejor que contar los segundos de un drop back es “sentir” la línea, percibiendo a través de ella los sutiles signos de lo que pasa del otro lado y traducirlos en nuestra mente a acciones y reacciones.

Cuando le soltemos línea, nuestro pulgar deberá tan solo rozar la bobina, para impedir que se sobre acelere y resulte nuestro carrete con la línea convertida en un nido de pájaros o “back slash”.

También podemos utilizar los dedos índice y cordial tocando la bobina por la parte superior en los carretes abiertos. Cuando un pez vela atrapa nuestra carnada, sentimos su peso y le comenzamos a soltar línea, sentiremos que ésta sale a una gran velocidad del carrete, pero a la velocidad que sentimos le debemos restar mentalmente la velocidad que lleva el bote para así “sentir” la verdadera reacción del pez. Para lograr percibir esto es necesario realizar ejercicios lanzando por la borda una carnada, y simular nuestro drop back, una y otra vez, de esta forma podrás sentir cuál es la reacción de la fuerza del agua solamente sobre tu pulgar y conocer la diferencia cuando tengas a un pez del otro lado.

Es muy importante mencionar que la línea debe salir de nuestro carrete con la mínima resistencia, incluso es muy conveniente retirar la chicharra para lograr un free spool completo; si por temor al back slash mantenemos demasiada resistencia, el animal la sentirá y tal vez lo perciba como que la presa que atrapó sigue viva e intenta escapar de sus fauces, por lo que no la soltará para tragarla y eventualmente cuando lo haga, esa resistencia hará que la carnada se escape en el justo momento en el que el pez disminuya su presión.

Si has realizado el drop back de forma correcta, a través de la línea podrás percibir cuando el pez se queda quieto ya que sientes su peso, pero la velocidad de salida de la línea es solo la de la lancha mientras él está acomodando y tragando la carnada, e inmediatamente después sentirás cómo la línea se acelera pues ya la ha tragado y ha iniciado su nado de nuevo, y ese es el justo momento que esperamos para clavar el anzuelo.

También la velocidad de troleo al momento del pique puede definir si otorgaremos un drop back largo o corto, a menor velocidad más control y sensibilidad tendremos, a mayor velocidad el animal forma más senos en la línea que también causan arrastre lo que dificulta nuestra maniobra.

Armados y anzuelos

Una exitosa maniobra de drop back inicia con un anzuelo y un armado adecuados; la posición del anzuelo dentro de la carnada no solo debe pensarse para lograr una bonita acción atrayente, también debemos prepararlo para que a la hora de la verdad, ese anzuelo quede correctamente ofrecido permitiendo que “trabaje” a la hora del enganche, comenzando por un tamaño equilibrado al volumen de la carnada así como el posicionamiento de su punta; si lo ponemos muy pequeño o con la punta escondida, a la hora del enganche tendremos mucha carne y poco acero dentro del hocico del pez; si lo ponemos muy grande o expuesto, además de entorpecer la acción atrayente, dificultará que el pez trague la carnada, pudiendo hasta ser causa de que se pique o lastime y suelte la carnada antes de nuestra oportunidad de clavarlo.

Los modelos de anzuelo también dictan la técnica de drop back a aplicar y podemos clasificarlos básicamente en anzuelos “J” y anzuelos “G” o circulares. Con ambos anzuelos la maniobra de drop back es similar, pero no la forma de enganchar. Con los anzuelos “J” subiremos el freno a strike al tiempo que damos algunas vueltas de manivela para ayudar a tensar más rápidamente la línea y alzando la caña se resiste fuertemente para afirmar y clavar los anzuelos con la ayuda de la fuerza del bote, el levantar la caña y aplicar los conocidos “varazos” ya es de cada quien y en lo personal no los creo necesarios. Con los anzuelos “G” o circulares por el contrario, no es necesario, incluso es contraproducente el aplicar los varazos; lo más eficiente es simplemente mantener la caña abajo, subir a strike y resistir, la fuerza del bote y el anzuelo harán el resto. En cualquiera de los casos durante la acción de troleo, el freno del carrete debe mantenerse muy flojo para permitir que el animal al picar, tome línea sin mayor esfuerzo; y todo lo demás viene después. El leader juega también un papel muy importante, mientras más limpio y delgado (relativamente) más certeros serán los strikes, mientras más raspado tengamos los leaderes, más strikes adelantados tendremos.

Drop back con carnada viva

En mi opinión, el drop back a otorgar en el caso de una carnada viva debe ser levemente más corto que en el caso de una carnada muerta del mismo tipo y tamaño. Tal vez sea porque la misma vitalidad y naturalidad de la carnada viva excitan al animal en su acción depredadora o tal vez sea por el posicionamiento del anzuelo que permite que las primeras sean tragadas más fácilmente.

En los armados típicos de una carnada viva, el anzuelo va colocado sobre la cabeza y con una gasa o liga de manera que al ser tragado con la cabeza primero, el anzuelo se “dobla” a un costado de la cabeza al entrar al mismo tiempo su punta apunta hacia el lado contrario; al final el anzuelo termina en la parte más profunda del gaznate.

En una carnada muerta por el contrario, el armado típico presenta el anzuelo introducido en el medio del cuerpo de la carnada o un poco más atrás, apuntando hacia adelante, de manera que al ser tragado, tenderá a atorarse y técnicamente el pez batallará más para poder tragarla.

A lo largo del tiempo uno se topa con animales que se tragan hasta una ballena sin hacer gestos como otros que parecen comer con cubiertos, son estos últimos los que nos hacen pensar y ser mejores.

Entre pláticas de pescadores al final del día a veces se escucha y comenta “están comiendo muy rápido” o “andan muy remilgosos”. Sinceramente yo no conozco la respuesta a esta variación del comportamiento de un mismo animal a una misma carnada, quizás sea por lo que anden comiendo en el momento o tal vez sea la luna. Cuando el pescador llega al límite de su entendimiento siempre le echa la culpa a la suerte, o la luna.

Troleando carnadas vivas, algunos pescadores más avispados aplican un truco que en algunos torneos ha sido tema de controversia y eso es el sostener la línea de pesca con las manos a manera de un broche o clip humano, pero yo creo que va mas allá, porque el truco competo es sostener la línea entre las manos, pero dejar correr en la estela una cantidad de línea proporcional a la otorgada en un drop back, que en el caso de barrilete vivo del tamaño de una lobina trofeo y a velocidad lenta sería alrededor de 10-12 metros, de manera que esa línea va de su mano a la estela del bote formando un seno y vuelta a la caña, que descansa en su tintero.

Cuando el depredador se acerca, el pescador siente el nerviosismo de la desafortunada carnada a través de la línea, incluso la puede sacudir levemente para azuzar, y perfectamente siente cuanto el pez la toma y con toda delicadeza deja correr la línea entre sus manos, al tiempo que da la alarma mientras el pescador se arma con la caña esperando que la línea tense como el capitán detrás de su timón listo para responder en consecuencia.

Drop back con lures

Esta maniobra no es exclusiva de la pesca con carnada, también existen variaciones de ella para hacer más eficiente el clavado de los anzuelos cuando usamos señuelos artificiales. Una imagen de lo más común es ver a un pez vela en la estela, “cacheteando” a un lure, lo sigue y golpea repetidas veces pero no se decide a morderlo… lo que supongo sucede es que el vela hace lo que siempre ha hecho, golpear a una presa veloz para herirla y poder atraparla con sus fauces, pero si ese pececillo no se muere… termina por perder el interés y se va.

En este caso, tomaremos la caña y la alzaremos alto y su punta bien en vertical, y cuando el pez vela aparezca de nuevo, bajaremos la punta de la caña de forma brusca de manera que su arco forme un seno que inmovilice por algunos segundos a nuestro lure, de forma similar a como antes describí con las carnadas, y manteniendo la caña abajo esperaremos a que el bote tense la línea y si sentimos el peso, clavamos los anzuelos. En el caso de los marlín rayados podemos incluso otorgar algunos 3-4 segundos de drop back antes de “anzuelear” para permitir que el marlin nade y “se acomode” de manera que al momento del” anzueleo” ya vaya nadando alejándose del bote, eso hará más eficiente la acción de los anzuelos que si aplicamos la presión cuando nada aún hacia la lancha pues en esos casos es cuando sacan la cabeza sacudiéndose los anzuelos.

Variaciones del drop back por especie

Si no podemos suponer que todos los peces de una misma especie se comportan igual, mucho menos lo harán entre especies.

Muchos pescadores que se inician en este tipo de pesca esperan descubrir trucos o fórmulas mágicas para encontrar la verdad, cosa más difícil en este asunto en donde una habilidad manual se enfrenta a una caterva de depredadores impredecibles, sin embargo intentaré resumir y digerir el problema para nuestros amigos lectores que así lo han solicitado.

Otros peces como las sierras y los petos al atacar suelen trozar la carnada pues su comportamiento en la naturaleza es atacar en grupo los bancos de peces, despedazando a éstos en frenesí, para posteriormente regresar y tragar con calma los despojos; para ellos prepararemos armados con anzuelos triples en la parte posterior para lograr enganches al “vuelo”, o sea un drop back prácticamente inexistente. En el caso de fondeo con carnadas vivas y buscando meros el drop back también será muy corto o inexistente pues estos engullen por succión.

Conclusiones.

El drop back más que solo una maniobra, es un conjunto de habilidades que solo puede perfeccionarse con la práctica, ve y practica, pero en tus aciertos y errores aplica solo una corrección a la vez para que puedas identificar cual fue el fallo.

En la pesca con carnadas, el drop back es la piedra angular del sistema, todo se decide en una buena maniobra… y se disfruta, pues es sumamente emocionante el sentir al animal en la línea y totalmente adictivo el momento exacto en el que subimos el freno para lanzar al aire la apuesta de tener un gran pez firmemente enganchado en el otro extremo de la línea o solo una carnada mordida. La belleza y sentido de esta pesca en toda su expresión.

Fuente: Revista Troleo

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