Por: Raul León Melesio
Sin duda alguna, mi pasión en esta vida es la pesca deportiva y de entre todos los peces, sin titubeos diré que mi predilecto es el atún aleta amarilla (Thunnus albacares) y cada vez que alguien me pregunta el por qué, las razones me sobran y debo primero resaltar en su demérito que la pelea suele ser sorda, pues siempre se tiran a fondo y ahí es donde se desarrolla toda la lucha, sin saltos espectaculares ni corridas en superficie y además, su pesca puede ser bastante lenta y aburrida algunos días, ya que se les suele encontrar lejos y es común que haya que “rogarles” mucho; pero entonces, ¿Por qué esa marcada predilección por este pez?, y no es solo porque su carne sea de entre mis favoritas (que lo es), sino que la respuesta reside en la pelea, en la fuerza bruta de este animal y verán, en mi experiencia como pescador, nada se compara con la fuerza del atún, ni el marlin azul, rayado o negro, ni los grandes tiburones, ni siquiera los meros grandes que parecen imparables, ningún animal que nade tiene la fuerza del atún, punto.
Hablaré solo del aleta amarilla, pues de entre todas las variedades, por su abundancia en los litorales mexicanos y en la zona en que vivo, es el que más he pescado y en el que me he especializado.
La afirmación de que es el pez más poderoso libra por libra (es decir, el que más fuerza tiene kilo por kilo de masa corporal) no es gratuita y les explicaré algunas razones de la anatomía y fisiología que dan explicación a esta afirmación, no sin antes advertir que lamento no tener el soporte bibliográfico a mi afirmación, pues aunque lo he leído, la experiencia me lo ha demostrado sobradamente…. les explico: El atún no es, como la mayoría de los peces, un animal con termofisiología ectotérmica (antes llamados animales de “sangre fría” aunque el concepto es arcaico ya), debido a que su temperatura corporal no es dependiente del medio ambiente (o no del todo) y puede termoregularla y así puede nadar en toda una variedad de temperaturas. Esa característica es solo el reflejo de otros aspectos de su maravilloso organismo que lo hacen tan poderoso.
Es un pez con una hidrodinámica extraordinaria, casi perfecta, que lo convierte en nadador excepcional. Tiene una capacidad cardiaca y tamaño del corazón mucho mayor que cualquier otro pez con igual masa (casi 1/3 más que cualquier otro pez), tiene más glóbulos rojos que ningún otro pez y su proporción de masa muscular Vs. masa corporal es de las más elevadas, pero ahí no paran las características extraordinarias de este pez, que no respira bombeando agua por sus branquias; no, este pez no puede bombear agua, tiene que introducirla con el nado y lo hace a presión, como un turbo cargador que inyecta a presión el oxígeno en su sistema circulatorio al nadar a velocidad; pero si todas estas razones no bastaran, hay una más que es fundamental para comprender este pez y es que a diferencia de todos los peces que mueven sus costados en mayor o menor medida para propulsar su cola, el atún prácticamente solo mueve la parte final, la pura aleta caudal, así es que puede tener más músculo dedicado a un movimiento menor y por eso, cuando están ya izados en cubierta, en lugar de dar coletazos largos, golpean con su característico tamborileo rápido y corto. Así tenemos que el atún no es un pez “común y corriente”, es más bien un súper atleta de alto rendimiento y bajo el efecto de “esteroides” diría yo.
Más allá de los datos científicos de la fisiología del animal, les diré una afirmación subjetiva y empírica, que no obstante les invito con gusto a corroborar: Un atún pelea proporcionalmente como cualquier otro pez de 2/3 más talla, es decir, un atún de 10 kgs., pelea lo que un pez de otra especie de, digamos, 30 kgs. aproximadamente y hago esta afirmación debido a que he pescado con la misma caña, carrete y línea peces del triple de peso que un atún, y sin embargo el atún suele haber sido más difícil de izar y aun sabiendo que esta proporción subjetiva es solo “a ojo de buen cubero”, realizo esta aseveración cierto de que quién captura un atún de buena talla, coincidirá plenamente.
Aceptando las limitaciones en cuanto a la extensión de este artículo, de mi experiencia y capacidades así como la bastedad de formas, técnicas y conocimientos por saber para la pesca del atún, me limitaré a “arañar la superficie” del conocimiento en la pesca de este maravilloso pez, disculpándome de antemano por las omisiones, ambigüedades o torpezas que pueda cometer en mi afán de cubrir lo fundamental para que puedan ser exitosos en capturar estos peces y es por ello que abordaré el tópico explicando primeramente la forma de localizar al atún, luego hablaremos de la forma de hacerlo picar, y ahí abordaré las técnicas de pesca al arrastre (troleo) con señuelos, empleando spreader bars, a la deriva con carnada muerta, con carnada viva, con papalote y con green stick, entendiendo que no es difícil, sino imposible separar por completo el tema por “técnicas” ya que todas ellas pueden cursarse y nuevamente el lector tendrá que ser paciente con el brincar de una técnica a otra que me veré forzado a realizar; culminando con la pelea (que será básicamente igual para todo caso) y la izada del ejemplar, dejando breves líneas para los cuidados que habremos de tener con los ejemplares para el consumo humano.
Lamento no poder escribir de la pesca al popping o al jigging del atún porque tales técnicas tan especializadas y hermosas serían objeto de un trabajo independiente y exceden los alcances del presente.
Equipo de pesca ideal.
En cuanto al carrete, es mucho mejor usar convencionales que de spinning. He pescado atunes grandes con spinning, pero es mucho sufrimiento, su mecánica y funcionamiento hacen que el punto de gravedad sea totalmente inadecuado para un pez que se tira a fondo y la espalda baja pagará la factura. Es muy recomendable el uso de carretes de dos velocidades, es más, me atrevo a decir que solo los grandes marlins, tiburones y el atún me han hecho sacarle provecho a la doble velocidad, para ningún otro pez la he visto necesaria. Sin duda, hay que preferir los carretes de freno de palanca y al hablar de la pelea explicaré a detalle la razón. Usen carretes robustos, yo solo uso carretes metálicos, nunca de grafito, plástico u otros materiales, solo hay lugar para lo mejor y con los mejores frenos posibles.
En cuanto a la caña, entre más corta mejor. Claro está que esto cambia según la embarcación y si se va o no a usar silla de combate, pues la caña no deberá ser tan corta que roce con la embarcación, así es que eso determinará su largo, pero la regla sigue aplicando, entre más corta mejor.
Yo que peleo de pie y normalmente en embarcaciones pequeñas (pangas), les diré que mis cañas son todas de 5´5 pies o menos y mis predilectas para el atún son de 4´2 pies o 4 pies. Ahora bien, entendamos que si se pesca en embarcación grande y/o desde la silla de combate la caña adecuada podrá resultar una de 5´5 a 6 ´5 pies.
Dirán misa, pero las cañas de fibra de vidrio siguen siendo una bendición a la hora de curvarse al máximo y las prefiero a las cañas de grafito, aunque algunas marcas han sacado compuestos muy ligeros y que tienen una resistencia fenomenal. Las anillas de rodillo son sin duda una gran ventaja y si se puede conseguir cañas de pata curva no hay nada mejor pues ayudan mucho a pescar cuando el pez se tira a fondo y dan un ángulo mucho mejor al pescador para la pelea.
La línea… bueno, aquí debo aceptar mi subjetividad, yo solo uso líneas GSP (trenzadas de Spectra o Dynema), no uso nada más para ningún tipo de pesca y es que prefiero pelearme con los peces y no con el equipo; como pesco siempre de pie, busco usar equipo lo más ligero posible, un carrete pequeño y manejable pero repleto de línea GSP, con unas 400 yardas o más.
Diré que, la resistencia irá en relación a la talla de los ejemplares pero nunca me voy con menos de 30 libras (salvo que esté 100% seguro que solo hay ejemplares pequeños) y si los hay grandes, nunca uso menos de 60 libras. En cuanto al líder y los anzuelos hablaremos según la técnica empleada.
Siguiendo la pista del aleta amarilla.
Localizar el atún no es tarea fácil pues son peces que viven nadando constantemente de un lado al otro; pelágicos altamente migratorios que andan tras la comida y que son muy adaptables. El atún gusta del agua azul, en realidad la temperatura del agua no es tan crucial porque ellos siguen la carnada y en donde quiera que cierta carnada esté, ellos estarán, así puede variar mucho según estén comiendo sardinas, anchovetas, calamares, pez volador, etc... pero digamos que en general, entre los 20° y los 24° o hasta los 27° centígrados (entre 68°F y 75° F o hasta 80°F aprox.) estarán las carnadas que suelen ser de su predilección. Y pueden o no estar en superficie.
En cada lugar, los capitanes conocen lugares que el atún frecuenta, cañones, bajos, bancos, etc…, lugares donde se concentra la carnada y el atún “entra”, si tales lugares son conocidos, ahí, haya o no delfines, cuando la corrida de atunes entre, podremos localizarlos y regularmente cuando eso ocurre entran ejemplares de determinada talla promedio, aunque puede siempre haber ejemplares grandes aislados, parece más bien la regla que según la corrida que entre, se determinará la talla promedio de los animales presentes en estas circunstancias. Puede entrar corrida de atún chico (“de escuela” como se les llaman a los de hasta 50 libras aprox.), barriles (de 50 a 100 libras), puercos (de 100 a 200 libras en la jerga común de pesca), vacas (de entre 200 y 300 libras), súper vacas (de 300 libras en adelante), y toros a los escasos ejemplares que llegan o superan las 400 kgs.
Suelen delatarlos en estas circunstancias los pájaros que se aglomeran en los comeríos cuando se dan en superficie, pero puede no ser así y que la matazón se dé bajo el agua, en esos casos la sabiduría de los pescadores locales y la interacción en la mesa local de limpiado de peces, en la tienda de pesca y claro, en puerto con los pescadores locales suelen ser las herramientas a emplear.
En ocasiones el sonar (ecosonda o fish finder) nos puede ser útil, pero otras más no sirve de mucho si no se sabe leer, pues el lugar no tiene atunes al llegar, pero si hay carnada y nos quedamos en la zona, la corrida entra más tarde y eso hace el truco. Nuevamente la sabiduría local no tiene precio en esto. Debo anotar que casi siempre el atún se centra en comer un tipo de carnada y cuando esto es así, ignoran cualquier otra cosa que no sea eso que están comiendo y por eso es importante saber la carnada que está presente para ofrecerle lo adecuado, aunque debo hacer hincapié en que los atunes, entre más pequeños, más crédulos y fáciles de engañar, más voraces y menos cautos, entre mayores, más elaborado debe ser el engaño para lograr el pique.
Sin embargo, el método más seguro y eficaz para localizarlos suele ser leer bien a los delfines. Los atunes son bastante adaptables a su entorno y se han condicionado a él para maximizar sus recursos. A lo largo del tiempo adquieren un reflejo, “saben” que el delfín es más eficaz para encontrar la carnada y por ello los siguen… pero no todo delfín tiene atún abajo, hay que saber cuáles si, cuáles no y leer sus conductas.
Comúnmente se dice que el delfín prieto (tonina) no suele traer atún, aunque hay sus gloriosas excepciones. El delfín gris es más común que traiga atún y hay que verlo; si al saltar lo hacen “de tornillo”, es decir, saltan dando giros sobre su eje, no hay duda, esa escuela trae un cardumen bueno abajo. Ahora bien, si se tiene un sonar esta labor es mucho más sencilla que la mera observación, pues los fish finder modernos, NO detectan a los mamíferos, pero sí a los peces y así, con solo pasar por la escuela, sea del tipo de delfín que sea, sabremos con certeza si hay o no peces pues el ecosonda localiza, rebota y marca la vejiga natatoria y como los mamíferos no la tienen, sabremos si hay peces o solo delfines.
Técnicas de pesca. Al troleo.
Diré que, si es en un bajo, banco o cañón sin escuelas de delfines en el área, lo más eficaz será la pesca al troleo de señuelos. La determinación además es dada por la disponibilidad de la carnada, se verá influida por la talla de los ejemplares y por el hecho de conocer o no con certeza su presencia. Si se trata de ejemplares de talla media o baja es más fácil engañarlos como hemos dicho y es más probable lograr el pique al troleo de señuelos, si son ejemplares mayores la carnada puede ser mejor alternativa si sabemos donde están, pues si hay que “peinar” un área grande para buscarlos, el troleo es una opción mejor que cebar la zona y esperar (o cuando menos una opción menos aburrida). Comencemos a hablar del troleo.
La regla siempre será tratar de imitar la carnada que están comiendo si sabemos de antemano que es. Así pues, si comen calamar, lo mejor es poner cedar plugs, calamares o señuelos (hawaianas) color rosa o café (que simulan el color del calamar) en tallas no muy grandes, si están comiendo volador (y lo sabemos pues los vemos en superficie) los señuelos de talla semejante en colores azul con plata o blanco, etc.
Si están comiendo “bulitos” o “platanitos” (bonitos pequeños), usaremos señuelos de la talla de la carnada prevaleciente y de tonos que la imiten, si vemos atunes saltar de lado, seguro andan comiendo sardina y los señuelos pequeños blancos, plateados o de tonos parecidos serán los que hagan el truco.
Ahora bien, si no sabemos qué es lo que están comiendo, coloquemos variedad, digamos por ejemplo, algunos señuelos de arrastre grandes (para marlin), de nado algo radical, cerca de popa en un tono oscuro y otro en un tono azul, verde o algo más claro (imitando bonitos), otros intermedios de dos tonalidades distintas, simulando calamar (rosa y café) y pez volador (azul con blanco o plata), y luego unos terceros atrás, bien atrás, pequeños, francamente pequeños, en tonos rosas y blancos (calamar y sardina) y dejemos escoger al atún, pero tan pronto haya un patrón claro, coloquemos todos siguiendo dicho patrón.
Es MUY importante señalar que, tan pronto pique, NO hay que parar el motor, hay que seguir y seguir, dando acelerones cortos al motor y con breves cambios de dirección, eso hará que TODAS las cañas piquen.
Aquí debo anotar dos cosas: Es importante usar frenos ajustados pues entre menos lejos corran los peces que han picado es más fácil obtener más piques y, una regla general es que para provocar el pique del atún, hay que colocar la mayor cantidad de señuelos y muestras posibles pues no es fácil hacer a un atún separarse de la seguridad del cardumen sin una buena razón y no es sencillo atraer a todo el cardumen sin una buena razón y esa razón debe ser mucha comida fácil.
Y es aquí donde irremisiblemente caemos en el tema de los spreader bars, dassy chains, y umbrella bars (en general los aparejos de señuelos múltiples), pues estos arreos sirven para colocar múltiples señuelos en una sola línea. Me voy a concentrar en hablar del spreader bar porque el dassy chain es una cadena de señuelos (varios señuelos montados sobre una misma línea), pero varias cadenas montadas sobre una varilla forman el spreader bar y si ese spreader bar tiene además varios brazos se forma el umbrella bar (barra de paraguas, de ahí su nombre) y nuevamente omitiré hablar de marcas o señuelos pues los criterios de talla y coloración antes señalados son aplicables aquí también.
Los spreader bars se pueden comprar ya hechos o hacerse y los he visto hechos con cedar plugs, pequeños hoochies, con plumas, con señuelos, con calamares, con peces voladores, etc., la variedad solo tiene como límite la imaginación y el presupuesto y los hay de unos pocos señuelos, hasta de más de 60. Solo considérese el riesgo de enredo y la tracción que genera para su fabricación o elección.
En términos generales hay dos configuraciones, en “V” y en “V” invertida, la primera es para atrayentes (teasers) pues no llevan anzuelos y la segunda, más larga en el centro, lleva al final un señuelo de mayor talla, más pesado y que genera más arrastre con un anzuelo. Yo me ocuparé de este segundo tipo, pues para la pesca del atún queremos el artilugio para capturar el pez y no para atraerlo como sería el caso del marlin u otros peces.
Es común (y recomendable) colocar un “pajarito”, un excitador al frente para que haga conmoción superficial y atraiga más al atún y puede inclusive comprarse la barra y fabricar varias cadenas con señuelos de diversas tallas y colores para así, elegir según la ocasión el tipo de barra a usar, y colocarlas con seguros a cada hijuela de la barra, pero en todo caso todos los señuelos serán de igual color pues imitamos un cardumen y por ende los ejemplares habrán de ser semejantes.
Normalmente se usan como único artilugio de señuelos múltiples pues son proclives a generar enredos y su posición es tan controvertida como el color y tipo de señuelo adecuado, es decir, cada quien parece tener su propia teoría.
Hay quienes lo usan al centro o a un costado cerca de popa, quienes lo montan en un tangón y en el otro colocan señuelos individuales, quienes lo ponen al centro en la línea larga hasta atrás y quienes buscan otro tipo de configuraciones, yo creo que esto depende en parte, de la embarcación que se usa, el largo de los tangones (si se tienen), las condiciones del mar, la conducta de los atunes y las preferencias del capitán, pero sea una u otra configuración es claro que sobre este aparejo recaerán la mayoría de los piques.
En lo personal me gusta colocarlo en popa cerca en una esquina para poder colocar otros señuelos más atrás y obtener así piques múltiples pues el atún se acerca al spreader bar y de ahí sus compinches tomarán los demás señuelos, no obstante, cuando los atunes están algo esquivos, prefiero ponerlo al centro y en la línea larga, bien atrás.
Por regla se usa una caña y carretes poderosos pues la tracción que genera este artilugio es mucho al trolearse y durante la pelea sin duda incrementa el arrastre y por esa causa además es conveniente un freno bien socado, pues ante el pique el pez no se lo llevará tan lejos (si no es un atún muy grande) y eso atraerá otros piques.
Debo anotar que cuando un animal pica en el spreader bar, por regla, su pelea será mucho menor que si pica de cualquier otra línea pues en sus carreras irá cargando con todo el artilugio que genera arrastre por el agua y que actúa en su contra y por eso los ejemplares pescados así pelean menos y se cansan más rápido.
El hecho indiscutible es que si se trolea con señuelos para el atún, el spreader bar es la herramienta que más piques nos puede generar, es con mucho, la que nos hará más exitosos y eficientes aun pese a sus detractores (básicamente porque como hemos expresado, el ejemplar pelea mucho menos).
Técnicas de pesca estática. Con carnada muerta.
¿Qué carnada muerta usaremos? He visto de todo, desperdicios de barcos camaroneros (excelente carnada), pedazos de bonito recién pescado, calamar troceado (extraordinario en temporada) calamares chicos enteros, sardina muerta, anchovetas muertas, pedazos de macarelas entre otros. La regla suele ser la misma, se pesca al garete sobre una zona. Hay quienes con mucha corriente se anclan, pero por regla general diré que parece mejor estar a la deriva, pasando una y otra vez sobre la zona, para colocarse posteriormente y volver a pasar sobre el banco o lugar de que se trate.
Entre más engodo podamos aventar, las posibilidades de hacer subir al atún y atraerlo aumentan y más podemos conservar al atún interesado y cerca y lograr piques múltiples y capturas múltiples. Las reglas generales para capturar al atún son las mismas, se use la carnada que se use:
A) Utilicen un anzuelo lo más pequeño posible, entre más pequeña la carnada más pequeño debe ser el anzuelo y la idea no es que no se vea, sino que no le pese para que pueda estar a la deriva al mismo ritmo de hundimiento y velocidad que los demás pedazos del engodo y no teman usar anzuelos muy pequeños a condición de que sean buenos, yo he cobrado excelentes ejemplares de más de 100 kgs con pedazos de bonito de 4 centímetros y anzuelos Owner Gorilla de 2 centímetros de largo total (anzuelos 1/0) y perdón que en esta ocasión si hable de una marca en particular, pero para esta clase de pesca necesitamos un anzuelo súper resistente y aun cuando he probado los Eagle Claw, los Diichi, Gamakatsu, Braid y otros, por su forma, tamaño, grosor y resistencia, definitivamente mi anzuelo de elección es el Owner Gorilla (aun por sobre el Offshore, Flylinner u otros modelos).
B) Se debe usar el líder más delgado que nos permita salirnos con la nuestra, hay ocasiones y no son pocas, que tenemos que jugárnosla porque el pez solo toma los líderes más delgados. El líder SIEMPRE habrá de ser de flurocarbono para esos efectos y no podrá ser de un libraje menor que el de la línea madre. He sacado ejemplares grandes con líder de 50 libras (y también los he perdido). Casi por regla llevo líder de flurocarbono de 40#, 50#, 60#, 80# y 100# y el estándar es 50# y 60#, solo le bajo si son muy pequeños los atunes o de plano no le hacen caso a mi carnada, y solo le subo si los atunes son verdaderamente grandes, pero basta decir que un ejemplar de 80 libras se le pesca con un líder de 50# sin problemas.
El líder habrá de ser empatado con nudo a la línea madre, nunca con candado, seguro ni destorcedor. He usado destorcedores australianos tipo “Wind on”, que son tan pequeños y resistentes que pasan por las anillas, pero aun estos estorban y es mejor atar el líder a la línea madre para evitar el peso y que derive normal. El largo del líder es un tema controvertido, hay quienes los usan de varios metros o quienes dicen que una sección de 1.5 mts es suficiente; para mí, cuando menos se debe usar el largo del pez que se pretende pescar como regla. Es muy conveniente estirar bien el líder para asegurarnos que no lleve ondas y sea lo más recto posible pues lo que queremos minimizar es el arrastre en el agua.
C) Se debe procurar que la carnada con anzuelo se vaya a la deriva junto con el demás enguade que hemos arrojado, que se hunda y se aleje al mismo ritmo, una carnada que no sea presentada adecuadamente, que no se hunda o derive al ritmo de las demás, que se quede atrás o que vaya más rápido, no será tomada por un buen atún, tal vez por otro pez o un ejemplar inexperto, pero recordemos que los animales no llegan a viejos siendo torpes y en estas zonas la presión de pesca suele hacer a los peces más cautos.
Para lograr una deriva más adecuada en cuanto a su ritmo, lo mejor es que cuando la arrojemos, coloquemos el carrete a bobina abierta solo con la chicharra y le saquemos con la mano mucha línea que dejaremos suelta sobre la superficie, para que no agreguemos la resistencia de hacer girar la bobina o salir la línea del carrete, debemos mantener alimentado ese exceso de línea floja para asegurar la deriva correcta y si pica, nos daremos cuenta por que el exceso es consumido y nos da tiempo de meter el freno y clavar (aunque se clavan solos normalmente).
Nada de usar plomitos, nada de nada, entre más sencillo, mejor, entre menos peso, mejor, entre menos visibilidad, mejor. Esta operación se repetirá una y otra y otra vez hasta que logremos el pique, encontrando la profundidad adecuada. No coloquen pedazos más grandes que los demás en el anzuelo, no hagan ninguna diferencia o distinción, el pedazo con anzuelo debe ser solo uno más del montón.
Técnicas de pesca estática. Con carnada viva.
Ya hemos hecho hincapié en la importancia de usar la carnada de predilección, la que estén comiendo en ese momento. He estado en situaciones en que traigo por ejemplo, caballito y no logro ningún pique, mientras los que traen sardina hacen su agosto.
He visto picar grandes atunes en pequeños bonitos y de hecho una técnica hawaiana probada para pescar grandes atunes se llama “sinking an aku” y consiste en pescar un “aku” (bonito o barrilete), colocarle un anzuelo en el lomo y enviarlo a la profundidad (al colocar el anzuelo del lomo haremos ir a fondo al bonito), esta técnica que se puede aplicar con otros tipos de carnadas grandes, solo la debemos usar si en la zona hay bonitos y sabemos de capturas de atunes grandes, o como una alternativa para trabajar una zona donde están los delfines y sabemos que hay atún grande.
Diré que por mucho, la mejor carnada viva es la pequeña, sardinas y anchovetas. Nuevamente usaremos el anzuelo más diminuto posible y las reglas aplicables al líder con carnada muerta son aquí aplicables.
La carnada la habremos de sujetar por entre los ojos y arrojar junto con un puño de sardinas vivas (o mezcladas vivas y muertas) y nuevamente dejaremos que derive al mismo ritmo que las demás y procederemos igual que si fuere carnada muerta, a sacar línea del carrete sobre la superficie del agua para que la sardina se vaya a la deriva junto con las demás.
Hay ocasiones en que vemos que los atunes toman todas las sardinas MENOS la que tiene anzuelo, eso puede ser por varias causas, un anzuelo demasiado grande para la sardina (o una sardina muy pequeña), el líder le pesa por estar muy grueso o por estar enchinado y generar mucho arrastre, en fin, hay que ver la causa y eliminarla, pero hay ocasiones, cuando todo parece fallar, que el truco lo logramos colocando una sardina muerta y aventándola entre vivas y muertas y dejarla irse al fondo, a la deriva natural.
Hay otra forma de cebar y pescar con carnada viva y es ir avanzando sobre la zona de pesca a golpe de propela, lento y tener listas nuestras cañas con su anzuelo y comenzar a lanzar sardinas conforme avanzamos, 3 ó 4 por vez, a intervalos regulares para ir cubriendo la zona hasta que veamos a los atunes comer y entonces, ahí, aventamos nuestra sardina con anzuelo y todo y, nuevamente, cuidamos que se vaya a la deriva conforme a las demás y ahí suele ocurrir el pique si logramos hacer derivar la sardina de manera natural junto a las demás. A veces funciona hacer la operación trayendo una sardina con anzuelo atrás.
Así pues, sea a la deriva o con un troleo suave, sea con carnada muerta o viva, el secreto está en que la presentación sea adecuada, es decir, que la carnada se vaya junto con el engodo, al mismo ritmo que las demás sin mayor o menor velocidad de hundimiento y que no sea ni mayor ni menor que las demás.
Y podemos practicar este tipo de pesca también cuando encontramos a los delfines y la escuela y asegurarnos buenas capturas, pero si lo que queremos es lograr los grandes ejemplares, si lo que deseamos es “escoger” de entre todo un cardumen a aquellos animales de gran talla, entonces la fórmula es pescar con papalote.
Hay dos técnicas, una es volar el papalote con la embarcación a la deriva y colocar una o dos carnadas vivas grandes en superficie, a modo que entren y salgan con el subir y bajar de las olas, y esta técnica suele usarse sobre bancos, bajos o zonas que se sabe son productivas haya o no delfines, pero atrae a todo tipo de peces, dorados, velas, wahoos, marlins lo que sea que pase por la zona puede picar y definitivamente no es una técnica selectiva por lo que no gastaré más letras en el tema; sin embargo, la forma de atrapar atún y solo atún y es más, de ser selectivos y atrapar el o los atunes más grandes del cardumen es una sola y nada más: el troleo de pez volador de goma con papalote.
Para poder realizar este tipo de pesca necesitamos el equipo básico, que es, cuando menos, una caña muy corta para volar el papalote, de 2’5 a 3 pies de largo con anillas amplias para poder pasar los destorcedores, un carrete con línea GSP de cuando menos 80 libras (los mejor equipados usan carretes eléctricos y ciertamente es un gran avance si se puede costear), y el kit de broches (de esos que se liberan al impacto como los usados en los tangones), destorcedores, candados y anillas cerámicas y los plomos de barril de 1 onza; los indicadores no son necesarios y es mejor hacerlos uno mismo con tiras de cinturones plásticos negros como aquellos que se emplean en los chalecos salvavidas o algo más grueso, con banderines o un material similar.
No sé si sea mi imaginación (y la de muchos más) pero cuando se hacen estas bandas de 1 metro de largas y 20 ó 25 centímetros de ancho en forma correcta, son excelentes marcadores y dan la impresión de ser un ave que sobrevuela al pez volador.
Adicional a eso, necesitamos el señuelo que es y solo puede ser un pez volador de goma con las alas abiertas marca Yummee Fly’NFish (véase http://www.carolinalures.com/yummeefln.htm) de 9 pulgadas (los hay de 7 y 4 pero yo, como esta técnica la centro en atunes grandes, uso el señuelo más atractivo), no sé siquiera si hay otras marcas pues con la efectividad de este señuelo simplemente estoy casado de corazón, pero no se fíen del arreglo terminal que traen de fábrica, en mi opinión y experiencia es mucho mejor comprarlos sin líder ni anzuelos y arreglarlos uno mismo.
Aquí como el líder y el anzuelo no afectan en nada la presentación, podemos darnos el lujo de usar un líder de 250 libras, unos 2 metros están bien para embarcaciones medianas, metro y medio para las pangas y hasta 4 para los grandes yates
Hay que colocar un plomo de barril de 1 onza, pasar el líder por la trompa del pez volador, sacarlo por el abdomen y acabar el arreglo sujetando un anzuelo Owner 5134 Jobu 8/0 ó 9/0; anzuelos súper filosos, súper resistentes y enormes, que solo cuando van a ser usados los sujeto en la parte de hasta atrás de la cola del pez volador con una liga.
Teniendo ya ese equipo, preparamos una caña que usaremos para estos efectos. Para mí está claro que será un gran carrete metálico de dos velocidades y freno de palanca, que tenga no menos de 400 yardas de línea de alto libraje, yo no uso menos de 80 libras pues he visto el tamaño de animales que le saltan a estos señuelos, preferiblemente uso línea de 100 libras si tengo una silla de combate a la mano; procuro usar cañas duras como palos de escoba y con anillas de rodillo.
Como he dicho yo uso solo equipo con líneas GSP y a ellas al final ato un candado (o broche) con destorcedor de resistencia de 350 libras o más y no me ando por las ramas, solo uso lo mejor, candados de la mejor calidad con destorcedores de baleros pues vamos a someter al equipo a la máxima presión y si no es de la más alta calidad algo va a ceder, algo va a salir mal.
Metemos la anilla cerámica a la línea madre y DESPUÉS atamos el destorcedor y candado para luego de ahí sujetar el líder que va al señuelo. Estando ya listos ahora es menester comenzar la faena y pensemos para ello que hemos localizado ya el cardumen de delfines.
ANTES de volar el papalote, tómense su tiempo, vean; es de crucial importancia determinar dónde está el frente de la escuela y en qué dirección va. Hecho esto se vuela el papalote, el cual a los 30 metros, lleva un destorcedor donde pega el broche (que se libera al impacto como el de los tangones), habiendo calibrado dicho broche para que se abra a la presión deseada; le colocamos la anilla cerámica sujeta a la línea madre, ponemos el carrete de pesca en el portacañas a bobina abierta con la alarma puesta y subimos el palote más, con ello una persona cuida de la caña del papalote mientras el capitán da avante para crear la tracción necesaria en el papalote y el pescador controla la línea principal.
La idea es clara, el pez volador debe tocar el agua y saltar, dar saltos de uno a 3 pies para luego volver a tocar el agua, chapotear un poco y volver a volar. Es muy sencillo saber si lo estamos haciendo bien o no, pues el aspecto que este señuelo da es impresionante, si en verdad parece un pez volador lo estamos haciendo bien, si se la pasa chapoteando y dando tumbos, cobramos un poco, si salta demasiado o está fuera del agua le damos más línea. La caña del papalote reposa en un portacañas de preferencia en el lugar más alto posible.
Esta técnica requiere de un buen equipo. Bien concentrado en la labor, el capitán debe estar viendo la escuela y buscando colocar el pez volador FRENTE a la misma, pasarla de un lado a otro por enfrente, pues si pasamos por los costados o por en medio agarraremos atunes de tallas medias, si queremos los grandes del cardumen, la presentación ha de ser correcta, siempre al frente de la escuela de delfines, pero además el capitán debe cuidar todo el tiempo el papalote pues si el viento cesa o cambia de dirección, habrá de acelerar para crear tracción o cambiar de dirección para evitar que caiga.
El pescador por su parte debe estar muy ocupado, dando línea o cobrando para mantener el pez volador trabajando como debe ser y compensar esas subidas y bajadas del papalote; debe estar también muy atento para avisar al capitán si el papalote se está bajando demasiado o en general de cómo se comporta y además, muy a las vivas para ver la picada que, es la más espectacular que yo haya presenciado, pues es una explosión tras el señuelo, seguida de un salto de un animal (que debe ser enorme) tras el engaño y como suelen no agarrarlo al primer salto a veces son dos o tres intentos seguidos.
Un grave error es aminorar la marcha, si el atún lo agarra ha de ser en movimiento pues debe ver la conducta natural de un pez huyendo. El pescador debe estar muy alerta para que, tan pronto pique, avisar, ver que el freno esté en posición de “Strike” y cobrar línea de inmediato, pues la cantidad de línea suelta es enorme, ya que sube al papalote y baja de nuevo al mar y hay que recuperarla cuanto antes. Al aviso de pique, el capitán hará lo suyo dando avante al motor a toda marcha para auxiliar al pescador a ganar la línea suelta cuanto antes.
El clavado ocurre por sí solo y si la pieza es de mediana o gran talla, de inmediato la caña acusa el peso del animal y el carrete comienza a largar línea a velocidad vertiginosa y sacar humo. Si al ver ese espectacular salto fuera del agua del tremendo animal al pique y ver cómo larga línea la caña no les hierve la sangre… les tengo malas noticias, ¡o están muertos o no son seres humanos!
Ahora bien, ocurre que por el oleaje a veces el pique sucede cuando el señuelo está en la base de una ola y la cúspide nos impide ver, para eso son los indicadores de picada, que se colocan entre el líder y la línea madre y son, como hemos anotado, una banda de tela gruesa negra que delata el pique de inmediato.
Tenemos que estar MUY despiertos tanto pescador como capitán, pues el pique es muy violento, muy explosivo y si no se detecta a tiempo puede tumbar el papalote y si no recobramos a tiempo la línea suelta perderemos al pez. Tan pronto ocurre el pique, el ayudante de cubierta (o el capitán) deberá recobrar el papalote mientras el pescador se aplica a la pelea.
Esta misma técnica de pesca puede usarse en bancos, y otros sitios con atún, solo que bajo tales circunstancias no sabemos qué se le va a tirar al papalote y pueden ser ejemplares de tallas medianas.
No obstante es tan productiva esta técnica, tan efectiva, que todo aquel que la practica queda prendado de la misma, basten dos anécdotas breves para mostrar su eficacia: en los torneos de atún en Los Cabos, los últimos 3 años al hilo, todos los peces que han punteado, todos los primeros lugares han sido capturados con papalote.
Por otro lado y lo sé de primera mano, ¡hay quienes han inclusive obtenido el pique de delfines en el pez volador!, sí, así es, es el único caso en el cual accidentalmente se llegan a engañar a esos “inteligentísimos” animales que ni con la carnada viva mejor presentada pueden ser burlados, eso nos habla de lo extraordinario de la presentación.
Hay quienes en condiciones de muy bajo o nulo viento o para quitarse la monserga de cuidar el papalote le adhieren un globo grande lleno de helio, esto es muy efectivo pero poco práctico y reservado para grandes embarcaciones, capaces de cargar con el tanque de helio para estar llenando los globos.
Otra técnica que solo mencionaré es el “Green stick”, un método de pesca que surgió de la flota de pesca comercial japonesa altamente letal, tanto, que está prohibido en todos los torneos y en muchos lugares se le considera un sistema de pesca comercial que necesita una licencia especial para su práctica.
Requiere de una embarcación grande y de equipo muy costoso y especializado, es una máquina de pesca a gran escala si así se quiere. No se necesita decir nada más al respecto.
La pelea del aleta amarilla.
Ya sea de pie o con silla de combate, debemos tener conciencia que nos enfrentaremos a la lucha más intensa, fuerte y encarnizada que puede dar algún pez, nos enfrentamos a un “atleta de alto rendimiento con esteroides” en el mar y por ende, si la pieza es de talla considerable, dará una dolorosa pelea. Sí, con los atunes grandes no es nada más que eso, dolorosa sea cual sea la circunstancia y si no sabemos perfectamente lo que estamos haciendo, el pez es quien nos va a derrotar.
El atún peleará 9 de cada 10 veces a fondo la totalidad de la pelea, son pocos y raros los casos en que se tiran a superficie por algunos momentos así es que la espalda baja va a sufrir las consecuencias. Conviene terminar la pelea lo antes posible con los ejemplares grandes porque si se alarga puede ser un verdadero suplicio así es que el freno deberá estar bien ajustado.
Si piensan pescar de pie y el pez es de 100 libras en adelante, un arnés que los ate al carrete es fundamental salvo que sean deportistas consumados. Una defensa, pancera u ombliguera habrá de usarse y debe ser una grande que nos permita apoyarla en los muslos y no en el vientre para crear mejor centro de gravedad (bajo) y mejor equilibrio.
Sean conscientes de sus capacidades y del libraje que pueden manejar, por ejemplo, yo que peso 70 kgs. lo más que controlo con seguridad son 60 libras, los carretes de 80 me llevan y pueden ser un peligro, y es más recomendable en esos casos sentarse para dominar la línea o bajarle al frenado o, mejor aún, usar el libraje que podamos controlar, no obstante, si se tiene la experiencia debida y el equipo adecuado, es bajo su responsabilidad aventurarse a librajes más pesados, yo he usado hasta 100 libras de pie y sé que varias veces me lleva, por eso tengo que anclarme con los brazos de algún punto e inclinar mi cuerpo hacia atrás mucho para aguantarlo y en ocasiones, bajar la presión del carrete si siento que me lleva por completo y esto, es una maniobra muy peligrosa.
Decía un amigo en broma que en la pela, “todos los atunes son iguales… solo que hay unos más iguales que otros” refiriéndose a que todos pelean como demonios y a fondo, solo que hay unos más grandes y encastados que otros y nos van a hacer sufrir.
Como hemos dicho, la mayoría de la pelea es a fondo y por eso las cañas cortas ayudan mucho, hay que meter la máxima presión posible pues el concepto es que, si peleamos a su ritmo, nunca lo vamos a cansar (o nos vamos a cansar nosotros primero), la idea es estresarlo lo más posible, forzarlo a dar corridas y pelear al 100% de equipo.
Imaginen que es un atleta de alto rendimiento, si lo dejamos agarrar su ritmo él va a ganar, pero si lo presionamos a correr todo el tiempo, se va a fatigar, quemará todas sus fuerzas rápido y eso es lo que queremos hacer. No hay tiempo para descansar, si ustedes descansan también lo hace el atún, pero él se recupera mejor y más rápido así es que solo hay de dos, o él está robando línea, o nosotros cobrando.
El bombeo es ESENCIAL, si no sabemos hacerlo estamos perdidos, hay que bombear cada que el pez deja de robar línea y el buen bombeo jamás se hace con los brazos, son músculos débiles para esa faena, el bombeo se hace con la cadera, usando las piernas y las pantorrillas si es necesario, no se inclinen para adelante, su espalda recta lo más posible, sus brazos estirados, las manos no deben estar más apretadas de lo necesario o se van a acalambrar pronto, la espalda echada hacia atrás buscando que el pez nos cargue a nosotros y no al revés.
Aquí la doble velocidad en verdad se aprecia. Cuando el pez está corriendo, dejamos el carrete en la alta, pero cuando se “emperra a fondo”, metemos la lenta y con poca línea que ganemos es un buen trabajo.
Si estamos en la silla de combate, la labor será la misma en esencia, no echen la espalda para adelante sino atrás, hagan que el pez los cargue, usen las piernas.
La señal de que hemos hecho las cosas bien será cuando el atún comience a nadar en círculos, esta conducta se conoce como “death circles” o círculos mortales y anuncia el final de la batalla si hacemos lo correcto, si no, es señal de que el pez se va a recuperar y la pelea se alargará otra hora o más. Cuando el pez empieza a dar vueltas en círculo, siempre lo hace a fondo en el sentido de las manecillas del reloj (no sé por qué, pero a mí cuando menos, jamás me ha tocado un atún que de vueltas en otro sentido y parece esa ser la regla según he constatado con muchos pescadores locales), y el patrón es siempre el mismo, de las 12’ a las 6’ el pez jala, de las 6’ a las 12’ uno recupera línea.
La pelea puede en este punto, inclinarse de uno u otro lado dependiendo de si hacemos bien este trabajo o no. La idea va a ser meter la máxima presión posible, para eso los carretes con freno de palanca tienen un “Strike” y un “Full” que incrementa 1/3 la presión del freno, aquí pasamos a la velocidad lenta, y empujamos la palanca poco a poco más allá del “Strike”.
De las 12’ a las 6´ solo aguantamos, no pierdan energía en cobrar, con que el pez no robe línea o robe poca basta, concéntrense en el freno, metan la máxima presión que sepan que va a aguantar, no importa si roba línea, solo hagámosle la vida más difícil que podamos, estén listos para bajarle al freno si así lo pide el pez pues es preferible a que rompa la línea, pero tan pronto sintamos que pasa de las 6’ es nuestro turno, hay que bombear y ganar línea. No son bombeos profundos, son cortos, suaves, poderosos, que ganemos lo que sea, una vuelta al carrete, media vuelta, ¼, lo que sea es valioso, no importa si esa misma línea la perdemos en su siguiente paso, el objetivo es meter la máxima presión y mantener lo más estresado posible al animal.
Aquí un capitán experimentado puede ser de mucha ayuda, puede virar la embarcación para maximizar la presión y usar la embarcación a nuestro favor y un pescador experimentado usará el sube y baja del bote en las olas como un bombeo a su favor.
Recuerden que si descansamos el pez lo hace también y él se recupera más rápido.
Para la izada se requieren un par de ganchos resistentes y de cabo largo, no es necesario el gancho volador y tan pronto el pez está al alcance se clava cerca de la cabeza, si es posible clavar el gancho en el pecho, en la base de las agallas, se desangran muy rápido y no dan tanto trabajo pero con los grandes el cobro suele ser una faena difícil y violenta.
Nunca se debe izar un atún grande que no esté bien dominado porque puede ser un peligro. Subir el peso muerto a bordo, si es un gran atún, requiere de más de un individuo y hay que apalancarse con el francobordo o como se pueda para su izada.
Ahora: ¡a festejar!...
Espero en estas breves líneas llenas de pasión, más que denotar mis carencias como pescador (o escritor), los haya contagiado de la fiebre que tengo por este magnífico pez, haberles transmitido mi pasión por la captura y pelea del que para mí es, sin lugar a duda, el máximo peleador libra por libra de la pesca deportiva… el gran atún aleta amarilla.