Cuando un hombre cae al agua, puede derivar muy rápido (según sea la fuerza de la corriente), por ello conviene actuarlo antes posible. Uno de los puntos a realizar cuando cae un hombre al agua es anotar la hora exacta en que ha sucedido el accidente; esto nos permitirá calcular la zona en la que se encuentre, teniendo en cuenta que un barco que navega a 5 nudos recorre 134 metros cada minuto.
Nos encontramos ante una situación realmente complicada: a los evidentes peligros que supone un hombre al agua, hay que sumar el hecho de que no lo tenemos localizado y corremos el serio peligro de dañarle al dar la vuelta e intentar encontrarlo.
Existe una maniobra recomendada para cada tipo de embarcación, a motor o a vela:
– Barco a motor(Maniobra Boutakov): una maniobra que le permitirá volver exactamente sobre la estela. Después de meter el todo el timón a la misma banda de la caída, virar hasta llegar al rumbo opuesto del que se hacía al caer el hombre al agua.
– Barco de vela: seguir los siguientes pasos:
– Virar por avante.
– No tocar la escota del foque.
– Cazar la escota de la mayor.
– Cazar la contra de la botavara.
– Cuando el velero haya virado, cambiar el timón hasta que quede bloqueado a sotavento
– En ese momento el velero derivará parado.
Además, se conocen otras posibles maniobras:
1.- Inversión de marcha: daremos toda máquina atrás para parar el buque e iniciar la arrancada hacia atrás. Este método no suele ser muy efectivo porque no se conserva el rumbo.
2.- Curva de evolución: en el momento en que el náufrago caiga al agua, metemos todo el timón a aquella banda para dar la curva de evolución. Tras caer unos 270º tendremos el náufrago a proa.
3.- Método del minuto: muy útil cuando se pierde de vista al náufrago al hacer la evolución. Se trata de mantenerse a rumbo opuesto durante un minuto, para después meter toda la caña a la misma bande de antes y al quedar al rumbo primitivo (al que se navegaba en el momento en que cayó el hombre), se aminorará la velocidad. El náufrago deberá aparecer por la proa o muy cerca de ella.
¿Y si él náufrago es usted?
Para que todo llegue a buen fin es tan importante la labor de los que están en el barco como la de la persona que ha caído al mar. Siempre y cuando se encuentre en las circunstancias adecuadas, el náufrago deberá tomar una serie de medidas que favorecerán el rescate.
A continuación las resumimos:
– Mantener la calma: imprescindible, si entramos en estado de pánico sólo conseguiremos complicar la situación. Aunque resulta fácil de decir, somos conscientes de que en el agua y con baja visibilidad puede parecer que el barco se aleja rápidamente, lo que sin duda pone nervioso a cualquiera… a esto se suma el hecho de que casi con seguridad habrá oleaje, viento, frío…
Lo más importante es mantener la confianza en la capacidad de cada uno, en el patrón de la embarcación y en el resto de compañeros.
– Protéjase la cabeza: puede parecer una simpleza, pero no conviene olvidarse de hacerlo puesto que nos será de gran ayuda en diferentes campos: protegerá nuestra cabeza (es la zona por donde primer perdemos la temperatura corporal) y ayudará en nuestra localización.
– Elimine el peso: saque de los bolsillos todos los objetos pesados que no le sirvan.
– Quítese el calzado: si se trata de botas, puede utilizarlas como flotadores puesto que si se vacían y colocan boca abajo nos ofrecerán una flotabilidad extra que sin duda agradeceremos (pruebe a colocarlas dentro de la ropa).
– El ahorro de energía es fundamental, para ello:
– Intente agarrarse a todo lo que flote (con seguridad le lanzarán cosas desde el barco: colchones, defensas…).
– No intente alcanzar el barco nadando, sólo nos servirá para gastar energías.
– No grite. Si lleva puesto el chaleco salvavidas, recuerde que dispone de un silbato que resultará mucho más efectivo y menos cansado.
– No se quite la ropa: puede que dificulte la natación, pero hará que mantengamos algo más de calor.
– Para mantener el calor: tenga en cuenta que la posición fetal es la más adecuada.
– Procure señalizar su posición al barco. Tenga en cuenta que aunque usted no pueda ver al barco, lo más normal es que los tripulantes de la embarcación, situados más arriba que usted sí puedan verle, siempre y cuando usted les marque el lugar donde se encuentra.
– En caso de que le lancen un cabo desde el barco, agárrelo y hágase una lazada con as de guía alrededor del cuerpo, por la cintura
Fuente: Revista Mundo Nautico
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