Go Fish

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jueves, 9 de abril de 2015

Aprendiendo a pescar azules. PRIMERA PARTE


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Por: Marko Alcaraz

Marlin Azul. Sus hábitos, morfología y fuerza explosiva lo hacen inalcanzable para muchos, el placer de pocos y la pasión de todos los pescadores de aguas azules. 
Para algunos, la captura de un azul, fue un afortunado accidente que difícilmente se repetirá en la vida, sin embargo, para otros pocos privilegiados, su pesca es algo cotidiano ¿cómo lo hacen? La respuesta es compleja en modo pero simple en fondo: Sé más analítico y autocrítico, lleva registro (aunque sea mental) de tus aciertos, errores y la frecuencia de ellos, aprende a direccionar tus esfuerzos en base a resultados comparables provenientes de situaciones similares. Sigue estos sencillos consejos y muy pronto pasarás a ser parte del 10% de los pescadores que pescan el 90% de los azules. 

La pesca ex profeso del marlin azul no es cosa de novatos, partamos del hecho de que dispones de los medios para llevar a cabo su pesca: Recursos económicos, tiempo, equipos y bote adecuados además de buenos compañeros de pesca con ideas afines (muy importante). También suponemos que ya dispones de cierta experiencia tanto en el mar como en la pesca de pelágicos. Ya has capturado con tus propios medios manuales e inteligencia algún número de velas, dorados, atunes y tal vez también algún azul. Antes de continuar, un consejo; aceptemos el hecho de que ésta es una pesca que lleva intrínseco un riesgo elevado; por más segura que la queramos hacer, seguirá siendo peligrosa, entonces no le busquemos ruido al chicharrón. 

Podemos entender a la pesca del azul como una cadena de acciones relacionadas entre sí pero con sus problemas, retos y soluciones muy independientes. A modo de clasificar estas acciones es más fácil verlas como niveles: 

1.- Encontrarlo

2.- Hacerlo morder

3.- Resistirle la carrera

4.- Pelearlo 

5.- Cobrarlo 

Si dejamos la buena fortuna a un lado, podemos entender que no pasas al siguiente nivel si no hasta que has logrado superar consistentemente el actual. Insisto en la palabra consistentemente. Para poder saber si solo fue un evento fortuito o un evento repetido y repetible, debes llevar un registro completo y preciso de tus afanes y resultados. 

Yo siempre he creído que el pez que te enseña es el que se va y el pez que te engaña es el pez que se queda. Si no eres capaz de entender esto, podrías repetir continuamente algo inadecuado creyéndolo adecuado por el recuerdo de que UNA vez resultó. El refrán “Una es ninguna”, aplica. 

Para llevar ese registro podemos aplicar el siguiente método, refinado por el sistema de pesca Pakula.  
Por ejemplo: Si un día en particular lograste ver en tu estela un azul, pero no mordió, entonces el registro de tu día fue: 1-0-0-0-0 porque lograste estar en una zona propicia, encontraste y lograste atraer a un azul, pero no lograste hacerlo morder, por lo tanto no lo enganchaste, ni peleaste ni cobraste. 

Un día un poco más exitoso sería: 3-3-2-2-1 esto significa que encontraste y atrajiste a tu estela a tres azules, lograste que picaran

los tres, pero a solo dos les resististe la carrera, peleaste exitosamente a esos dos, pero durante la maniobra de cobro perdiste a uno, por lo que de tres azules, solo cobraste uno. 

Mejor que cualquier amuleto son las estadísticas. Si a lo largo del año, llevas un registro de los resultados de tus afanes, podrás direccionar mejor tus esfuerzos, evitando descomponer cosas que ya estaban bien. También esto ayuda a identificar los eventos fortuitos tan engañosos. Y lo mejor de todo, te ayuda a utilizar mejor la información de otros, pues aprendes en cabeza ajena, pero sabes en que parte de tu propio sistema aplicar esa experiencia sin descomponer otras cosas. 

Nivel 1. Cazar al marlin azul. (1-0-0-0-0) 

En este punto agruparemos todos los esfuerzos estratégicos, logísticos, de información, estadísticos, oceanográficos y meteorológicos para lograr estar en el lugar correcto en el momento correcto. 

Primeramente el tema de la embarcación, su capacidad como herramienta y su autonomía, que nos permita salir y de forma segura llevar a cabo nuestra búsqueda, el compartir información fidedigna con otros pescadores como puntos calientes, horarios, corrientes y cortes de temperatura aparte de contratar un buen servicio de reportes oceanográficos como terrafin.com y saber interpretarlo, pero sobre todo, consultar nuestras anotaciones y aplicar la experiencia; en pocas palabras este nivel no es pesca, es caza. 

Saber interpretar los signos que la naturaleza nos muestra, como cardúmenes de peces pasto, rutas de pájaros, pajaradas, fragatas o tijeretas, ballenas, corrientes y hasta olores (un olor fuerte a pescado puede ser el aliento de una ballena, pero también el aceite de pescado que sube a la superficie después de un frenesí alimenticio). Reconocer una corriente prometedora por su temperatura (entre 80 y 82°F) y de turbidez (agua azul). 

El refrán: “No dejes pescado para buscar pescado” Aplica. Si has logrado encontrar al animal, afánate en ese lugar, ajusta tu carta-plotter a dos millas cuadradas y explora la zona sistemáticamente. Pensar que si en este lugar picó, entonces mas adelante va a estar mejor, solo te sacará de la zona y para cuando vuelvas, las condiciones podrían haber cambiado. 

Este nivel es el más básico y por lo mismo importante, no pescarás ningún azul si antes no has aprendido a cazarlos; de nada te servirá un bote de un millón de euros, ni los mejores señuelos del mundo ni todo el mejor equipo, si jalas tus anzuelos donde no hay ningún marlin que pescar. 

Si antes de ver la luz fuiste pescador de lobinas, no cometas el error de aplicar aquí sus conceptos. Al pescar lobinas sabes que en cierto charco hay peces; en la orilla, en el fondo, a media agua, o hasta escondidos, pero sabes que están ahí, tu trabajo es solo hacerlos picar. Al marlin en cambio primero lo debes cazar y después pescar. 

Por lo anterior, es igualmente importante saber reconocer que cuando no pican es simplemente porque no hay, y cuando sí hay es porque no quieren morder, lo que nos lleva al siguiente nivel. 

Nivel 2. Hacer morder al marlin azul (1-1-0-0-0) 

No importa la técnica que utilices para “seducirlo” los principios que rigen su pesca son los mismos: Ofrecer algo que lo haga morder, o aún mejor, que lo obligue a morder. Hay tan pocos azules en tanta agua, que simplemente no podemos darnos el lujo de que después de encontrarlo, desdeñe lo que le ofrecemos.

Ser capaces de hacer morder a cada azul que encontremos es nuestra meta, pero no la tenemos tan fácil. 

Este es el nivel en el que decidiremos qué técnica utilizar: Troleo con carnada muerta, troleo o drifting con carnada viva, troleo con artificiales o bait&switch. 

Si a cuestión de gustos vamos, siempre tendremos nuestra personal preferencia respecto a la técnica de pesca a disfrutar, pero eso es muy distinto a cuál de ellas es más adecuada para el lugar y momento. 

Un pescador que sabe más de una forma de pescar azules, siempre estará en ventaja en contra de quien está casado solo con una. Dejemos una cosa en claro: Las técnicas pueden ser más adecuadas una que otra respecto al momento y lugar, pero ninguna técnica es mejor que la otra en sí misma, porque es el pescador y no la técnica el que hace la diferencia. El refrán “Es el arriero y no la mula”, aplica. 

¿Cuál y cuándo? –dejando de lado los gustos y pasiones: 

a).- Artificiales.- Si el animal está desperdigado en áreas grandes y no tenemos estructuras importantes de atracción, nuestra estrategia será de búsqueda basada en trabajar líneas de corrientes, o basuras, cantiles o cañones y sin lugar a duda la técnica más eficiente en este caso será la pesca con señuelos artificiales, que llamamos lures, plumas o hawaianas. Ya que con la velocidad necesaria abarcarás más área en menos tiempo. 

b).- Carnada muerta.- Si el consumo de combustible o la velocidad es el tema, si hemos dado con un área de regular tamaño en donde sabemos hay animales, el troleo con carnada muerta es la opción. También si tus habilidades son buenas, está técnica ofrece porcentajes de enganche muy altos que te llevan sin problema dos niveles arriba. 

c).- Carnada viva.- Si tenemos bien identificada un área prometedora y/o deseamos trabajar en un área muy limitada con buenas estructuras como bajos y necesitamos bajo consumo de combustible, sin dudarlo, la carnada viva es la elección. 

La gran desventaja es la disponibilidad de la carnada, no pocas veces es más difícil pescar la carnada que al marlin. Con la necesaria práctica pueden lograrse excelentes porcentajes de enganches. Excelente opción siempre que se pueda. 

d).- Bait&Switch.- Ofrece lo mejor de las tres anteriores dentro de una misma técnica, pero antes las necesitas dominar por igual. 

Existe bibliografía extensa en este nivel, sin embargo, curiosamente, no en los siguientes. 

Nivel 3. Resistirle la carrera. (1-1-1-0-0) 

Este nivel comienza un segundo después de que el marlin ha mordido. Lo que sigue después es una hermosa muestra de poder y energía, un espectáculo por el que muchos pagamos mucho por ver y vivir; pero desgraciadamente suele terminar intempestivamente y solo nos deja indelebles imágenes en el cerebro y sabores amargos en la lengua. 

El azul suele atacar con decisión, pero lo que espera es sentir satisfacción al ver cumplida su acción depredadora, sin embargo en su lugar siente dolor al recibir el acero, su reacción consecuente es de huir y lo hace con toda su fuerza y velocidad, muchas veces saltando fuera del agua al tiempo que sacude violentamente su cabeza con la intención de sacudirse aquello que lo hiere…y muchas veces lo logra. Al hacer esto, el marlin pone a prueba la calidad y fortaleza de nuestros aparejos, de extremo a extremo. El refrán “La cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones”, aplica.

Debemos tener presente que si algún material falla es culpa nuestra; la mala suerte no rompe líneas, la falta de mantenimiento sí; y la mala elección del equipo, también. Ningún pez rompe la línea por ser grande, para eso está el freno, para eso está el leader, para eso es un buen armado, etc. Mala manufactura o calidad de aparejos, mal mantenimiento, mala administración del freno, mala maniobra de respuesta, anzuelos inadecuados, filo inadecuado etc. … todo es culpa nuestra y nada es mala suerte; obviamente que no es del todo cierto, pero pensar así nos hace ser mejores. Todo es perfectible pero por el camino del sudor, no de los amuletos. 

En realidad, este asunto se define en casa y no en altamar pues todos los preparativos, ajustes, mantenimiento y cuidados son previos y en respuesta a malas experiencias. Si no eres exigente y cuidadoso, de este punto no pasarás. 

También debes ser muy cuidadoso en el manejo de tus equipos,

ten en cuenta que los golpes directos en la bobina del carrete marcan la línea y causan puntos débiles. Los cáncamos que tienen los carretes para sujetar el arnés son los peores enemigos de la línea pues es fácil que un carrete golpeé la línea de otro al cargarlos ¿Quién no ha cargado en el hombro un manojo de cañas? … malo para la causa. 

El tipo de anzuelo y el tipo de filo en ellos es fundamental; yo creo que muchos más peces se van porque la barba jamás penetró, que los que se van porque logró penetrar y se salió después. 

Asienta los filos de los anzuelos. De fábrica suelen venir demasiado puntiagudos y eso puede hacer que la punta se doble en el caso común de que tope con hueso, con una lima plana haz el trabajo. 

Anímate a modificar las barbas, reduciéndolas o doblándolas un poco. Haz pruebas de fuerza y penetración de tus anzuelos en el hocico de peces muertos usando una báscula de jalón, te dejarán muchas cosas en claro. 

Prepárate a tener capacidad de por lo menos 750 yardas de línea en tu equipo, un animal brioso o de casta te saca muchísima línea, pero el bote te saca más en una mala maniobra, ten presente eso. 800 yardas son mejores, yo prefiero más de 900. 

Si pescas al troleo con artificiales, no ofrezcas frenos muy suaves ni muy duros, el freno correcto puede variar dependiendo del tamaño de los anzuelos que usas, posición en el spread, etc. pero si usas línea de 50# puedes dejar el freno a 12# y subirle a strike inmediatamente al pique, freno calibrado a 1/3. Para los tangones o para el Shot Gun (línea central), de una vez déjalos en strike; porque el seno formado en la línea al momento de que se suelta del tangón es ya suficiente para dejar que el pez se acomode. En el caso del SG, con tanta línea afuera, necesitas la fuerza del freno en strike para que no se pierda toda en la elasticidad de la línea. 

El siguiente tema es un tema muy debatido (un poco más que todos) y se refiere a la reacción del bote inmediatamente después del pique. Sólo puedo ofrecer la opinión personal y ésta es acelerar el bote a media avante (aprox. 10-12 nudos) de forma automática al momento del pique, para lograr adelantarse en el caso de que salga saltando hacia delante pues si se hace antes, el animal invariablemente rebasará al bote antes de que tengas oportunidad de reaccionar, con el consiguiente seno aéreo que facilita la liberación de los anzuelos y hasta el peligro de que el bote se monte en la línea.
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La marcha debe reducirse una vez que se controla la corrida para no sacar línea de más, pero mantenerse en muerta avante (aprox. 4-5 kn) para tener respuesta y evitar aflojones de la línea en el caso de que el pez cambie de dirección. 

El bote debe responder según la reacción del animal, el propósito es el de mantener la línea lo más recta posible, osea no generar senos y la de mantener siempre la tensión en ella. Si el animal sale hacia babor, cae a estribor, y viceversa. Si el bote debe caer a babor, son las líneas de estribor (contrario a donde se gira) las primeras en ser retiradas, las de babor no estorban tanto y pueden esperar su turno y chance logren un doblete en el ínter. 

Una vez recuperadas todas las líneas y teasers, nos dispondremos a poder perseguir al animal en el caso de ver comprometida la reserva de línea. Es muy importante haber mantenido siempre el contacto visual con al animal y no perder la concentración desde el inicio; el que tome fotos, que eso haga, pero el que tiene la caña o el timón, atento a su trabajo. Comento lo anterior porque al momento de tener que perseguir al pez, debemos en realidad seguir la línea y no al pez porque puede ser que se haya formado un seno y terminemos cortando la línea con el bote. 

La persecución debe ser controlada, a la menor velocidad, que permita la recuperación de la línea, puede ser dando embragues al avante o a la marcha atrás según el caso, pero sin jamás llegar a ganarle al recobro al pescador que cause que la línea se afloje. La buena comunicación es imprescindible. 

Evita a toda costa persecuciones heroicas rompiendo la mar con la popa y con el agua a la rodilla, ya que es la segunda causa de hundimientos de embarcaciones de pesca deportiva. Si tu embarcación es pequeña, es mejor seguir al animal de proa, manteniéndolo preferente a 45°. En el caso de oleaje alto, que te obligue a luchar contra mar y marlin al mismo tiempo, (e inmediatamente después de que lo hayas afirmado), cae a barlovento, de forma que si el marlin corre siguiendo la mar, puedas perseguirlo en marcha atrás, en el sentido de las olas; en caso contrario y él corra contra la mar, podrás seguirlo enfrentando de proa a las olas. 

Hay animales que al golpear el lure, se enredan del pico con el armado, esos suelen no correr tanto y en su lugar se quedan sólo sacudiendo el pico intentando zafarse, en la caña se sienten los cabezazos. Animales de este tipo, se dejan gobernar fácil y pronto los volteas. Es justamente en este punto, cuando lo comienzas a bombear, cuando los anzuelos se escurren. El problema sigue en busca de solución. Sucede menos con anzuelos relativamente grandes, armados sencillos, stiff y frenos duros. 

Si haz logrado prenderlo bien y lo sientes macizo y corriendo parejo, no subas el freno más allá de strike, no lo intentes detener, sólo sobreesforzarás el sistema; es más fácil ensartarlo y dejarlo correr, controlado. Hay situaciones y niveles de experiencia en donde es válido el subir hasta full, pero de eso no hablaremos hoy. 

Una vez que el pez ha detenido su carrera, entonces podemos decir que ya estamos en el cuarto nivel y propiamente dicho, en la pelea.

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