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lunes, 6 de abril de 2015

¿Cómo comprar una caña?



Airelibredigital.com » Pesca y náutica
Autor: Néstor Saavedra, Diciembre 2009

Aunque la sociedad mercantilista en la que vivimos pretenda ofrecer productos mágicos, que solucionan todo, hay que aclarar desde el comienzo al desprevenido lector que no existe una caña de pesca que sirva para todas las necesidades. Si le dicen que hay una de tales características, sea en un comercio o en un aviso “compre ya”, no lo crea.

Afortunadamente, los avances tecnológicos y las necesidades del amplio mundo de la pesca hacen que hoy día haya muchas opciones para elegir una caña de pescar, pero eso también hace que sea más difícil tomar esa decisión. Muchos pescadores creen que es la parte del equipo más difícil de comprar, ya que existen varias marcas y todas las cañas parecen iguales. Pero no lo son. Y en algunos casos, la diferencia va más allá del largo, el color o el precio. No puede hablarse de una caña estándar y ni siquiera de una caña recomendable para empezar a pescar sino definimos de antemano, al menos, tres elementos: qué queremos pescar, dónde pretendemos pescar y, muchas veces como consecuencia, de qué modo pensamos realizar la captura.

Para elegir una caña, no alcanza simplemente con definir el primer punto, porque podemos tener en claro o ansiar pescar un determinado pez (digamos, un dorado), pero no se usará la misma caña -o el mismo equipo, en verdad- si lo pescamos en una rápida corredera o en una piedra muy honda en el centro del Paraná. Ahora bien, una vez definidas ambas cosas: pez y lugar, podemos pensar en la modalidad. Volvamos al ejemplo: para pescar un dorado en una piedra honda del Alto Paraná tenemos dos opciones: con carnada natural al garete o con señuelos a trolling. Cuando elijamos entre estas dos podremos especificar qué caña comprar. Por caso, si optamos por hacer trolling necesitaremos una caña apta para arrojar hasta dos onzas (56 gramos), mientras que si pescamos con carnada tendremos que lanzar el peso de una morena más un plomo corredizo de, mínimamente, cuarenta gramos, lo que obliga a usar una vara mucho más potente.

Con todo esto lo que queremos decir es que comprar una caña no es un acto menor en el aprendizaje y el disfrute de la pesca deportiva. Mucho más con los costos actuales. Al respecto, el consejo es: “siempre conviene comprar la caña más cara que el bolsillo nos permita”. Si no se puede, entonces, se compra una caña de medio pelo. Pero, si se puede, no vale la pena perder “el pez de su vida” por usar una vara que no le permita lanzar bien, cañar apropiadamente y aguantar las embestidas del pez mientras lo acerca a la lancha.


División

Las cañas no se dividen en cortas y largas, ni en gruesas y finas, ni en baratas y caras. Básicamente, se clasifican en cañas para usar con reel frontal y cañas para usar con reel rotativo. La diferencia más obvia son los pasahílos más grandes para las primeras, ya que el nailon sale enrulado de los reeles frontales, mientras que en los rotativos sale en forma recta y, por tanto, los pasahílos tienen un diámetro menor. Algo importante es que no sirve tomar una caña para reel frontal y cambiarle los pasahílos para transformarla en una caña para reel rotativo, ni la situación inversa. Sucede que las buenas cañas están reforzadas en el cuerpo en distintas zonas según se empleen con rotativos o frontales. No son lo mismo y esto es fundamental al comprarla, sobre todo, si se la usará intensamente.

Para conocerla más a fondo, una caña está compuesta por un mango o “grip”, y un cuerpo o “blank”. Las especificaciones de la caña, es decir, el objetivo con el que el fabricante la construyó, están escritas en el cuerpo. Y esta inscripción es clave, porque sólo las buenas marcas la poseen para que los usuarios decidan inteligentemente su compra.

Generalmente, los datos se encuentran en el cuerpo, cerca del portareel y estos son el largo de la caña: en pies (1 pie: 0,30 m) o en metros directamente; la capacidad de lanzamiento: en onzas (1 onza: 28,35 gr) o en gramos directamente; la resistencia de la línea recomendada: en libras (1 libra: 454 gr) o en diámetro. Además suelen aparecer el tipo de acción: light (leve), medium (media), heavy (pesada), o una combinación de ambas como medium/heavy.

En reglas generales y sin entrar en las muchas especializaciones que los fabricantes brindan, una caña de acción leve está pensada para líneas de seis a doce libras y señuelos de 3/16 a ½ onza; las medium, para líneas de ocho a catorce libras y señuelos de 3/8 a ¾ de onza; las medium/heavy, para líneas de doce a diecisiete libras y señuelos de ½ a una onza; las heavy, para líneas de doce a veinticinco libras y señuelos de 3/8 a dos onzas.

También pueden clasificarse las cañas según su respuesta de lanzamiento. Así tenemos cañas extra fast (extra rápidas), fast (rápidas), moderate (moderada) y slow (lenta). Si una vara se curva un cuarto de su cuerpo es rápida, pero si se flexiona cerca de la mitad o la mitad, es moderada. Cuando se dobla más allá de la mitad del cuerpo o blank, se trata de una caña lenta. Generalmente, las cañas rápidas se usan para reeles rotativos y las lentas para reeles frontales. Cada una tiene sus pros y sus contras.


Con cañas lentas es más fácil lanzar señuelos leves y lo mismo sucede cuando se usa un reel frontal. Por tanto, si va a pescar con señuelos muy chicos, olvídese de una caña para baitcast, es decir, la técnica que emplea reel rotativo y caña más rápida. Durante mucho tiempo se sostuvo que las cañas para baitcast eran mejores para luchar con grandes piezas, porque los reeles frontales tienen un pick up para sostener el ingreso de nailon a la bobina que se saltaba cuando un pez tiraba con mucha fuerza. Hoy día, las grandes marcas solucionaron este problema y salvo para piezas muy pesadas, como un marlín, un atún o un gran tiburón, pueden pescarse peces de hasta cincuenta kilos con un buen reel frontal. Repito “buen” reel frontal. Estas son consideraciones básicas que le ayudarán a ir mejor pertrechado a la casa de pesca.

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